Alguna vez conversando con un
hermano protestante me decía que no existe en la Biblia ningún texto que
mencione que en la Iglesia
deba de haber autoridades. Me decía que en su congregación todos se trataban
igual y no había nadie superior a otro, que todos se consideraban “hermanos”,
entre otros argumentos. Pues, lo siento por él, pero la Palabra de Dios es muy
clara al respecto. Si bien es cierto, todos debemos servirnos mutuamente en la Iglesia , como Cristo nos
pide con su ejemplo, luego de realizar el lavado de los pies de sus apóstoles;
también es verdad que Jesús dejó instituida una autoridad en la Iglesia , que es la
encargada de determinar en última instancia qué enseñanza corresponde a la
doctrina cristiana y cual no, o por otro lado, qué persona forma parte de la Iglesia o por el
contrario, también determina quién es apartada de ella (como el caso de
excomunión). La prueba de que siempre ha existido autoridad en la Iglesia , desde el
principio del cristianismo, la podemos verificar con los siguientes textos:
Mt 18.18 Yo
les digo: ‘Todo lo que
aten
en la tierra, lo
mantendrá atado el Cielo, y todo lo que desaten en la tierra, lo mantendrá desatado’.
Hch 15.23,28 ‘Los apóstoles y los hermanos con
títulos de ancianos … Fue el parecer del Espíritu Santo y
el nuestro no imponerles…’
Hch 15.41 (Pablo) recorrió Siria y
Cilicia confirmando a las Iglesias y entregando las decisiones de los
presbíteros.
Hch 20.17 Debido a eso, desde Mileto
Pablo envió un mensaje a Efeso para convocar a los presbíteros de la Iglesia.
Hch 20.28 ‘Cuiden …de todo el rebaño en
el que el Espíritu Santo les ha puesto como obispos (o sea,
supervisores): pastoreen la Iglesia del Señor.
1 Cor 16.16 Ustedes, a su vez, acepten su autoridad
así como la de cualquiera que coopere y se dedique al servicio con ellos.
2 Cor 2.9 En realidad les escribí para
comprobar si podía contar con ustedes y con su total
obediencia.
2 Cor 7.15 El (Tito) ahora, al recordar la obediencia de todos y el respeto lleno de humildad con que lo recibieron…
2 Cor 10.2 No
me obliguen, cuando esté ante
ustedes, a actuar con autoridad, como estoy decidido y como me atreveré a hacerlo.
2 Cor 10.6 Y estamos
dispuestos a castigar toda desobediencia
en cuanto contemos con la total obediencia de ustedes.
2 Cor 13.10 Se lo digo desde lejos, para no
tener que mostrarme duro entre Uds. con la autoridad que el
Señor me dio para edificar y no para
destruir.
Gal 2.2 Fui para exponerles el evangelio que anuncio a los paganos … no
sea que estuviese haciendo o hubiera hecho un trabajo que no sirve.
Gal 2.6 En cuanto a los dirigentes de más
consideración … no me pidieron que hiciera marcha atrás.
Gal 2.9 Santiago,
Cefas y Juan reconocieron la gracia que Dios me ha concedido. Estos hombres,
que son considerados pilares de la Iglesia.
Ef 2.20 Están
cimentados en el edificio cuyas bases son los apóstoles y los profetas.
Fil 2.23 Por eso pienso enviárselo (a Timoteo)
apenas vea claros mis problemas.
Flm 8 Por
eso, aunque tengo en Cristo plena libertad para
ordenarte
lo que tendrías que hacer, prefiero pedírtelo por amor.
Flm 21 Te
escribo con plena confianza
en tu docilidad.
1 Tes 5.12 Hermanos,
les rogamos que se muestren
agradecidos con los que trabajan para ustedes, los dirigen en el Señor y los
corrigen.
1 Tes 5.27 Les ordeno, en el nombre del Señor, que se lea esta
carta a todos los hermanos.
2 Tes 3.6 Hermanos,
les ordenamos en nombre de Cristo Jesús, el Señor,
que se aparten de todo hermano que vive sin control ni regla.
2 Tes 3.14 Si alguno no obedece lo que les
mandamos
en esta carta, señálenlo y no tengan más trato con él.
1 Tim 6.13 Ahora
te doy una orden en presencia del Dios que da vida al
universo entero, y de Cristo Jesús.
1 Tim 3.17 Exige a los ricos que no sean
arrogantes ni confíen en las riquezas, que son siempre inseguras.
Tit 1.5 Te
dejé en Creta para que solucionaras los problemas existentes y pusieras presbíteros …, de acuerdo con mis instrucciones.
Tit 2.15 Tú
enseña estas cosas, aconsejando
y reprendiendo con toda autoridad.
Heb 13.17 Obedezcan a sus dirigentes y estén
sumisos,
pues ellos se desvelan por sus almas, de las cuales deberán rendir cuenta.
1 P 5.5 También
ustedes, los más jóvenes, sean sumisos
a la autoridad de los Ancianos.
3 Jn 9 Convenía que yo
escribiera a la Iglesia ,
pero a Diotrefes le gusta tanto el mando que no nos hace
caso.
Ap 21.14 La muralla de la ciudad descansa sobre doce bases en las que están escritos los nombres
de los doce Apóstoles del Cordero.
En
lo referente a la autoridad del Papa, debemos mencionar que éste es el sucesor
de Pedro, la Roca
o Piedra sobre la cual Jesús estableció su Iglesia, y a la que prometió que no
permitiría que los poderes del infierno prevalecieran contra ella, como vemos
precisamente ocurre con nuestra Iglesia Católica, que pese a los errores y
dificultades que ha experimentado a lo largo de estos 2000 años ha prevalecido
sin ser vencida por Satanás, porque es la Iglesia que Cristo fundó y a la que ofreció
acompañar todos los días hasta el fin del mundo. Alguno podría objetar que lo
que Jesús le dijo a Pedro, es que su Iglesia se edificaría sobre su confesión
de fe, como erróneamente dicen muchos hermanos protestantes, pero cabría
preguntarse: ¿entonces por qué Jesús le cambió el nombre a Simón y le puso
Pedro (πετρος en griego, idioma en
el cual se redactó el Nuevo Testamento), que precisamente significa Piedra o
Roca?.La respuesta es obvia y solamente una: Pedro es la Piedra sobre la que Cristo
fundó la Iglesia
y los Papas son sus sucesores. Otro podría decir que la promesa de ser la Roca era solamente para Pedro
y no para sus sucesores, pero si así fuera, entonces los poderes de la muerte
si habrían podido vencer la
Iglesia , con lo cual la promesa de Jesús habría perdido
validez. Por lo tanto, es un argumento equivocado. Los Papas son los sucesores
de Pedro, como también históricamente se puede demostrar, trazando la sucesión
ininterrumpida desde Pedro hasta su sucesor actual, el Papa Benedicto XVI.
Entonces, nada de interpretaciones torcidas ni adecuadas a sus intereses
personales. Lo que ocurre es que el que no quiere entender, aunque viniese uno
de entre los muertos a decírselo, como diría Abraham en la parábola del pobre
Lázaro y el rico, no lo creería. La
Palabra de Dios es sumamente clara como podemos ver a
continuación:
Mt 16.18-19 Y ahora
yo te digo: ‘Tú eres Pedro (o sea Piedra), y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, los poderes de
la muerte jamás la podrán
vencer. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo
que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates …’
Jn 1.42 Jesús miró
fijamente a Simón y le dijo: ‘Tú eres Simón, hijo de Juan, pero te llamarás Kefas (que significa Piedra)’.
Mt 10.2 Estos son los nombres de
los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro.
Lc 22.31-33 ‘Pero yo
he rogado por ti para que tu fe no
se venga abajo. Y tú, cuando hayas vuelto, tendrás
que fortalecer a tus hermanos’.
Jn 21.15-17 Jesús
le dijo: ‘Apacienta mis corderos’… ‘Cuida de mis ovejas’ … ‘Apacienta mis ovejas’
Hch 12.5 Y mientras Pedro era
custodiado en la cárcel, toda la Iglesia oraba
incesantemente por él a Dios.
Vemos la preeminencia de Simón Pedro,
dentro del grupo de los doce apóstoles. El siempre tomaba la palabra en nombre
de todo el grupo, él era seguido por los otros apóstoles:
Mt 17.25 Cuando entraba se anticipó
Jesús y le dijo: ‘Dame tu parecer, Simón’.
Lc 5.8-9 Simón Pedro se arrodilló ante Jesús, diciendo: ‘Señor, apártate de mí’. Pues tanto él como
sus ayudantes se habían quedado sin palabras.
Jn 6.67-68 Jesús preguntó
a los Doce. ‘¿Quieren marcharse
también Uds.?’. Pedro le contestó:
‘Señor, ¿a quién iríamos?’.
Jn 21.3 Simón Pedro les dijo: ‘Voy a pescar’. Contestaron: ‘Vamos
también nosotros contigo’.
Hch 2.14 Pedro
se puso de pie, alzó la voz …diciendo: ‘Amigos judíos … escúchenme, pues tengo algo que enseñarles’
Hch 2.22 (Pedro dijo): ‘Israelitas,
escuchen mis palabras’.
Hch 2.41 Los
que acogieron la palabra de Pedro se
bautizaron y aquel día se unieron a ellos unas tres mil personas.
Hch 10.48 Y (Pedro)
mandó bautizarlos en el nombre de
Jesucristo.
Hch 15.7 ‘Dios intervino en medio de
Uds. … cuando quiso que los paganos escucharan de mi boca el anuncio del Evangelio y abrazaran la fe’.
Gal 1.18 Subí
a Jerusalén para entrevistarme con Pedro
y permanecí con él quince días.
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