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domingo, 24 de febrero de 2013

Letanías... ¿Veneración o adoración?

Muchos hermanos se preguntan el por qué se le da tantos y diferentes nombres a la Virgen María, y cual es el sentido de esta devoción. Las letanías son alabanzas, piropos de amor, de ternura. ¿Te aburres rezándolas? simplemente no amas, ya que ellas son en definitiva, un poema de amor; sólo quien ama a María lo entiende. Dile a los enamorados que son aburridos porque repiten con frecuencia frases de amor.

A continuación expondremos el significado de cada uno de esos piropos de amor que le decimos a nuestra venerable Madre María:

Santa María

Es el nombre de la mujer más maravillosa... ¡Cuantas iglesias dedicadas a su nombre!¡Cuantas mujeres llevan este nombre de María! Por algo será.  Cuanta gente canta, reza, dice ese nombre que a los mismos ángeles impresiona y enternece el corazón de Dios. Los ángeles obedecen a Dios y luego a su Reina, a una mujer, una criatura humana, a María.

Nosotros le hemos puesto un "sobrenombre" llamándola de acuerdo al lugar donde ha sido vista, por eso hay diferentes advocaciones de la Virgen, pero siempre será la misma María.  Por ejemplo, la Virgen de Guadalupe, Rosa Mística, Nuestra Señora de Fátima, etc...

María es amor, toda amor; es el lado misericordioso y tierno del amor de Dios para nosotros.


Santa Madre de Dios

Esta es su grandeza incomparable, Nos merece un respeto tremendo. Pero su amor y humildad la convierten en una Madre incomparable, única. Podía el Hijo de Dios habérsela quedado. Era suya, solo suya y toda suya. Pero el amor es donación y entrega. Y por amor -¡qué grande amor!- nos la regaló. Cristo nos dio el derecho de ser sus hijos.
La sangre que Cristo derramó en el Calvario, esa la sangre de una mártir, era su propia sangre. Dios lleva en sus venas la sangre de María.

Santa Virgen de las vírgenes

Es la inmaculada, la llena de gracia, La hicieron las manos del tres veces santo para ser digna morada del Hijo de Dios.
Está a la cabeza de todas las vírgenes, es reina de todas ejemplo para cada una de ellas.

Madre de Cristo

La sangre que derramó en el Calvario era la sangre de una mártir, María, la Corredentora. Madre del Niño Jesús que nació de Ella en Belén. Madre del Cristo que predicó en Palestina. Madre del Cristo del Calvario: Madre mártir.

Madre de la Iglesia

Pablo VI le otorgó ese título durante el Concilio Vaticano II. Madre de Cristo Cabeza, Madre de su cuerpo, la Iglesia. Madre de todos nosotros: madre tuya, madre mía. Una prueba de que Jesús nos ha tomado en serio como hermanos es que nos ha dado a su Madre, y para siempre.
Te cuida y te ama como si fueras el único. Pero María no puede besar al hijo que la rechaza, no puede curar al hijo que no la quiere, no puede ayudar al hijo que la rehuye. No puede ser Madre de quien no quiere ser su hijo. Y es más madre de quien desea con toda su alma ser hijo suyo.
Madre que cuida de una manera especial a sus hijos enfermos, pecadores, tristes... Madre de las almas consagradas. Para Jesús son sagrados, para María también.
Mexicano, si alguna vez has sentido en tu corazón un algo de ternura por la Morenita del Tepeyac, ten cuidado, te la quieren arrebatar. Te habrán quitado mucho. Ya solo nos falta que nos quiten la fe en Dios y en la Virgen de Guadalupe. Y a ver qué nos queda de mexicanos.

Madre de la divina gracia

No en el sentido de productora de la gracia, sino distribuidora, medianera de la misma. Todas las gracias que recibes pasan por las manos de una Madre, por voluntad de Dios. Al ser la Madre de Cristo m de alguna manera es la madre de esa gracia que Cristo nos dio. Porque el sí de María pondría en marcha la Redención de los hombres, la redención que nos otorgaría la gracia.

Madre purísima. Castísima, virginal, inmaculada

Un abismo de pureza. La Mujer con mayúscula fue una mujer purísima. Cualquier mujer que quiera conservar su grandeza, no puede menospreciar esta virtud. La impureza te hace menos mujer y te acerca al reino inferior de la naturaleza. Las mujeres, las muchachas que hoy aman la pureza y la tratan de vivir tienen el beneplácito de Dios y la sonrisa de la Mujer ideal.
Con ello no quiero decir que las caídas en este campo no se puedan reparar. Como nadie dice que un vestido manchado no se puede lavar.
Los gustos del cielo tan distintos a los del mundo. ¿Qué han hecho de la mujer? Hoy la mujer ideal es totalmente distinta. Si eres mujer, escoge el perfil del cielo o el de la tierra.
La pureza no roba belleza a una persona, al contrario, la realza. El rostro más bellos y los ojos más hermosos son aquellos en los que se refleja Dios. La mujer pura tiene un encanto adicional, un toque de cielo azul, aunque hoy no se le quiera tener en cuanta. Si se quiere rescatar al mundo debe ser desde la mujer, Y gran parte del recate de la mujer se llama castidad.

Madre amable

Digna de todo nuestro amor.
Por lo buena que es
Por lo santa
Por ser mi Madre
Por todo lo que le debo
Porque, después de Dios, nadie me quiere tanto
Por su encantadora sencillez.
María es digna de todo nuestro amor. 

Madre admirable

De María nunca se dirá todo. No se puede. Siempre hay algo más que decir de hermoso, de dulce, de grande. Las letanías son un amable intento de decir todas las grandezas de María, pero se quedan cortas.
Admirable por sus privilegios: gentilezas de Dios para su Flor: Inmaculada es su nombre, lo que la distingue y la hace brillar en la noche del mundo. Admirable por su sencillez: Tan grande y tan chica. Con una mano toca a Dios Omnipotente y con otra a sus niños de la tierra. “He aquí la esclava del Señor”. Queremos conocer a la esclava más maravillosa del mundo. Sirve en los atrios del Señor. Nos han contado tantas cosas de su santidad, de su belleza. Dicen que sus manos son las más bellas y que las usa solamente para servir, para hacer el bien... Admirable como el paisaje que se mira y se vuelve a mirar y nunca se quiere dejar de contemplar, porque infunde alegría, ternura, admiración.
Oh Madre admirable, maravillosa...Todos los adjetivos se quedan chicos porque eres demasiado grande, santa y hermosa. Quiero mirarme en tus ojos purísimos, en ese océano de amor y pureza para que, por contagio, algo de Ti se pase a mí: algo de tu pujreza, de tu amor, de tu santidad.
Eres un paisaje que han admirado millones de seres antes que nosotros, y detrás de nosotros seguirán admirándote sin cansarse jamás. ¿¡Qué tienes, criatura celestial, que todos se enamoran de Tú...?


Madre del buen consejo


Gentil Pastora que sabe guiar a la vida eterna y a la vida digna de vivirse. “El Señor es mi Pastor”.También quiero decir : María es mi pastora. Maestra insuperable: Dichosos los alumnos de tu escuela, María. Consejera única, porque le asiste el Espíritu Santo en persona.
Yo necesito tu maravilloso consejo para los mil asuntos que ignoro. Yo tengo los problemas y Tú tienes las soluciones. Guíame a la vida eterna, mi destino final, aquello por lo que existo y para lo que fui creado.
Dame algo de tu sabiduría para resolver amablemente las dificultades de miles de hermanos míos que sufren, que lloran y no saben para qué sirve el vivir. Enséñame cuál es el sentido del vivir, de sufrir, de morir. Ayúdame a amar mucho esta vida, pero infinitamente más la otra.
Aconseja al Jesús de la tierra, al Vicario de tu Hijo, a los obispos, sacerdotes...Enséñanos a discernir los engaños del Padre de la Mentira de las luces del Espíritu Santo. Madre del buen consejo, te necesitamos tanto en un mundo lleno de confusión y de sombras...


Madre del Creador


El Creador quiso ser creado en su naturaleza humana y por eso requirió de una madre. Eres madre del Creador por eso, porque le diste la naturaleza humana, un cuerpo de hombre. Madre del que creó el mundo. Por un lado criatura y por otra creadora de la vida humana del Creador. Tú tuviste entre tus brazos y alimentaste al Creador niño. Lo acunaste, le enseñaste a caminar, a hablar, a rezar, a vivir como hombre. Y te obedeció durante treinta años.
Engendradora del Camino, la Verdad y la Vida. Cuánto nos diste a nosotros al darla la vida a Él. Porque hiciste hermano nuestro al Dios, nuestro Salvador. Y Él, a su vez, te convirtió en Madre nuestra también. Y todo por amor de Dios a Ti y a nosotros. Estableciste un parentesco inusitado: Hija del Padre, Madre del Hijo, Esposa del Espíritu Santo, Madre nuestra.


Madre del Salvador


Como el Creador de mundos se hizo Salvador del Hombre, Tú adquiriste un nuevo título y parentesco: Madre del Salvador. Cuando otra mujer escuchó a tu Hijo Salvador pensó amorosamente en Ti. “Bendito el seno que te llevó y los pechos que te criaron”. Te llamó bendita. Te llamamos bendita porque eres la fuente de la fuente de aguas vivas y eres la Madre de la salvación que se llama Jesús. Al dar las gracias a Cristo, volvemos la mirada a quien fue su Madre.
El Salvador debía morir en una cruz< y en una montaña. En esa montaña estuviste Tú. No podías faltar. Allí fuiste nombrada solemnemente madre de todos los salvados. Tu maternidad es inmensa; tus hijos incontables. No sólo fuiste madre del Redentor, sino Corredentora, compañera de martirio como nueva Eva junto al nuevo Adán. Jesús ha salvado al hombre con tu ayuda, con tu sufrimiento. Colaboraste en la salvación de tus hermanos, antes de ser Madre de todos ellos.


Virgen prudentísima


Hablas cuando se requiere y callas cuando debes callar. No hablaste cuando José, ignorante del milagro que crecía en Ti, sufría sin saber. A los doce años de Jesús le preguntaste por qué. Pero cuando Él te respondió con otro por qué, callaste, aunque no tenías la respuesta. Conservabas todas aquellas palabras y misterios en tu corazón.
Pero en Caná hablaste, insististe, porque era necesario el milagro. No sólo conseguiste el mejor vino del mundo, para alegría de los comensales, sino que hiciste crecer la fe de los apóstoles.
Yo suelo hablar cuando debo y también cuando no debo. Y callo, por cobardía, muchas veces que debida hablar. ;e sobra cobardía y me falta prudencia. Virgen prudente, me inscribo en tu escuela para aprender esta difícil virtud.
Te apareces a gente sencilla y humilde, porque no quieres inquietar a los poderosos Eso es también prudencia, Sigues siendo en el cielo la Niña eterna que aquí fuiste..En los primeros siglos de la Iglesia dejaste actuar a Pedro y a los Apóstoles, y Tú actúas y ayudas desde la segunda fila. No quieres ser protagonista.

Virgen digna de veneración, de alabanza 


He visto cientos de fervorosas procesiones de la Virgen, altares adornados con millares de flores, las flores más bellas, desde niño. En el calendario abundan las fiestas dedicadas a María, comenzando por la del primero de enero, María Madre de Dios, Esta fiesta invita a colocar el nuevo año en sui corazón.
Un mes primaveral, Mayo, se le dedica entero a la Virgen María. ¿Quién no ha llevado flores a la Virgen en el mes de Mayo? Tanto derroche de flores, ¿por qué? La flor es en sí hermosa, pero además es portadora de cariño, de ternura. En los altares de María hay infinidad de bellas flores, porque es mucho el amor de sus hijos.
Y las advocaciones tratan de obligar a María a quedarse en una región, a emparentar con un pueblo. Y así, la Virgen del Carmen, del Perpetuo Socorro, La Virgen de Guadalupe, Fátima, Lourdes... Así, la Madre de todos se convierte especialmente en Madre de los habitantes de un pueblo, añadiéndole su título particular.
El amor también canta. No podían faltar las hermosas canciones a la Virgen, que, si las juntáramos, serían miles y miles. Lo mejor dela cariño se muestra cantando. Millones de cristianos cantan a diario a su Madre del cielo. El que nunca te lleve una flor o te entone una canción, no sabe nada del amor...



Virgen poderosa


A la más poderosa de las Reinas, Dios no le niega nada. Se le llama La omnipotencia suplicante. Semper vivens ad interpellandum pro filiis suis: Que vive siempre para interceder por sus hijos.
“No tienen vino”, dijo en una boda. Y qué vino más exquisito se bebió en Caná. Los que se acogen a Ella no deben tener miedo a nada. Ni al demonio, ni a la muerte, ni a los peligros.
El rosario parece una oración frágil, y como propia de abuelitas, pero Dios ha querido que sirva para detener los cañones y las bombas. La tierna Virgencita es el terror del infierno entero. Por eso los devotos de María no tienen nada que temer.
Buscar una alianza perpetua con María de Jesús equivale a ser inexpugnable en la lucha por el cielo. Ella es la puerta del cielo y la causa de nuestra alegría. Los hijos de María son personas muy alegres, como su Madre. No se explica que los hijos e hijas de María Santísima se dejen morder por la serpiente de la desesperanza y del temor. No tienen ningún temor.

Virgen clemente


Lo aprendió de Jesús. Es la Madre del Hijo pródigo. Sabe curar las heridas, consolas las penas, enjugar las lágrimas, suavizar todo, perdonar todo. Como Ella no debe juzgar, sólo perdona e intercede por sus hijos.
Cualquier madre es clemente, pero María más que todas juntas. Buena falta nos hace, pues la clemencia la requieren los malhechores. Hemos de saber que los tales no son los que andan en las cárceles, pues cada uno de nosotros, sumando todas sus maldades es un verdadero malhechor que necesita clemencia.. Cuando María intercede ante el Juez divino por uno de sus hijos, obtiene el perdón.
Oh Madre del Hijo pródigo, que aprendiste de Jesús a perdonar, a hacer una fiesta cuando éste regresa a casa. He huido de casa muchas veces, creyendo ingenuamente que sin Dios la vida es más atractiva y emocionante. Cuantas veces he regresado a casa herido, decepcionado, miserable. Tú has sido, junto con Dios, la que me ha puesto un anillo en el dedo, nuevas sandalias a mis pies descalzos, una túnica, y has mandado hacer la fiesta del becerro gordo. Si en el corazón de Dios hay más alegría por un pecador que se convierte, también en el tuyo una de las más grandes alegrías es la de recuperar un hijo perdido, un hijo muerto.
Hay un momento crucial en el que clemencia me es absolutamente necesaria: el día del juicio particular. No dejes de asistir, como abogada defensora, a la cita definitiva en la que se decide mi eternidad. 

Virgen fiel


Es uno de sus títulos más grandes. La fidelidad hecha carne de mujer. Fidelidad a Dios, demostrada en su fórmula favorita: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
Fidelidad a sus hijos; aún a los hijos que se pierden los ha amado hasta el último segundo de su vida.
Estaba junto a la cruz... Ella no cayó en la tentación del sueño como Pedro y sus compañeros.
¿Qué más se te podía pedir, Virgen Fiel? Todo lo diste.

Espejo de justicia 


Espejo de santidad...Es la Inmaculada. El tres veces Santo se refleja en Ella como en un espejo.
Pero no es espejo que, cuando la imagen desaparece, también del espejo desaparece. María es, más bien, una copia muy bien hecha, del Modelo, la más perfecta, hermosa y fiel que se haya dado. María nos aventaja con mucho. Irradia la santidad, la transmite. Quisiera que todos sus hijos se parecieran a Ella. Con más verdad que san Pablo puede decirnos:”Hijos, sed imitadores míos, como yo lo soy de Jesús”.
Debemos parecernos a nuestra Madre. “Sed santos como yo soy santa”, podría decir, al estilo de Jesús. Cualquier virtud adquiere un brillo y un encanto particular en María. Ella no hace amables practicar dichas virtudes. Es una Maestra incomparable que hace amar y apasionarse por la vida cristiana. Queremos ser discípulos en tu escuela, María.

Trono de sabiduría 


Lugar donde se asienta la sabiduría. La sabiduría del arte de vivir: Maestra del vivir, porque es maestra del amor. Vivir, en su esencia más alta, es amar. Maestra en el arte del amor: Madre del amor hermoso se le llama. Maestra de todas las virtudes cristianas: Enséñame a ser un discípulo excelente.
Por ser la mejor discípula de Jesús se convirtió en la mejor Maestra de los hombres.
Ella nos enseña la sabiduría más alta, la de cumplir la voluntad de Dios, de la santidad. De acuerdo a la frase: “El que se salva sabe, y el que no, no sabe nada”.
Nos enseña la verdad de Dios en las Escrituras. Nos ha dado al Verbo, la Palabra de Dios, de una forma en que le podemos tocar, abrazar, mirar, comer. “Haced lo que Él os diga”. Esta frase pronunciada en las bodas de Caná resuena en todos los corazones de los cristianos. Si le hiciéramos más caso a Jesús, nos iría mucho mejor.
Es una sabiduría humilde. No es fácil hallar sabios humildes, porque la ciencia suele hinchar. María nunca reclamó a su esposo nada, nunca insistió en las preguntas, aceptaba las respuestas que le resolvían solo en parte los misterios. 


Causa de nuestra alegría


Ella lo sabe. Se lo recordó a Juan Diego. “¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la causa de tu alegría?”
¿Quién es esa persona? ¿Dónde vive? ¿Cómo se llama? Me muero por verla.
El que se junta con María es un ser alegre por contagio. Porque Ella contagia la alegría a los hijos de Dios.
Su sí a Díos abrió la puerta que estaba cerrada. Nos abrió la puerta de la felicidad eterna. Nos dará un abrazo y nos presentará a Jesús y al Padre.¡Qué ilusión me da el pensar en ese momento!
Las legítimas alegrías humanas tienen color y sabor mariano. Pienso en la sonrisa de María; lo más entrañable de su rostro. Una sonrisa de María vale más que todos los cariños humanos del mundo, por hermosos que sean. 

Vaso espiritual, vaso digno de honor, vaso insigne de devoción 


Se habla aquí de los vasos sagrados, como son el cáliz y la patena. María es un vaso sagrado, como una patena que ha encerrado al Verbo en sus entrañas; es un cáliz precioso, porque encerró en sus venas la sangre de Jesús, la que se derramaría en Getsemaní, en la flagelación y en el Calvario.
Vaso digno de ser honrado por todos. A María no se le puede faltar al respeto, es una ingratitud y una grosería sin nombre. Pienso en los que, con la Biblia en la mano, predican que María no es la Madre de Dios. Al llegar al cielo, les va a abrir María la puerta. Antes que nada tendrán que pedir atentas disculpas. Y al presentarse ante Dios las disculpas deben ser muy serias, porque, aunque de buena fe, toda la vida dijeron que la Madre de Dios no era su Madre. Eso es muy fuerte.
Cuando se habla de devoción a la Santísima Virgen, a esto se refieren. Por eso los que sinceramente tienen una gran devoción a María están en el justo y recto camino. Dios los bendice y los premia. Amar y bendecir a su Madre, es amarlo y bendecidlo a Él mismo. Si Él dijo: “Todo lo que hacéis a uno de mis hermanos más pequeños me lo hacéis a Mí”, ¿qué decir cuando se lo hacen a la hermana más grande y a su misma Madre? Se lo hacen a Él en persona. No tengan miedo, por tanto, los que aman a María, Madre de Dios. Sepan que cuentan con la bendición de Dios.
Vaso insigne de devoción, es decir que merece nuestra devoción, amor y cariño como nadie.


Rosa mística

Esta letanía la comprenden quienes aman las flores y son capaces de extasiarse ante alguna de ellas. Pues, bien, María es una flor bellísima, la más bella de todas. ¿Te gustan las flores, una rosa, un clavel...? María es una rosa que no se marchita, perfumada siempre, que nos hace mirarla, quererla como la flor más hermosa. La mejor rosa que ha producido la tierra.
Todas las bellas flores acaban marchitándose, no pueden mantener su encanto sino por un tiempo reducido. María ha florecido en el jardín del cielo y no se marchitará jamás. Por eso produce una ilusión perenne, un éxtasis eterno, una ternura inacabable.

Torre de David


La comparación se refiere a la muralla que rodea y defiende la ciudadela de Jerusalén, la Ciudad Santa. Una torre en la muralla es la parte mas fuerte. Así se quiere comparar a María como un bastión inexpugnable en la Iglesia, la nueva Jerusalén, una fuerza imbatible contra los enemigos de Dios y de nosotros, sobre todo del enemigo eterno de Dios y de los hombres, el Diablo. Contra la Torre de David nada puede el Demonio. Lo sabe desde hace mucho tiempo. Por eso él odia a María con todas sus fuerzas y a los hijos de María. Contra Ella y contra Dios nada puede, pero sí puede contra sus hijos. Ahí se centra su venganza. Se podría decir que ahí está la debilidad de Dios y de la Santísima Virgen. Pero depende de nosotros. Si estamos cerca de María no hay nada que temer. Si nos alejamos de Ella, hay que temer todo, y con razón. 

Torre de marfil


El marfil es un elemento muy valioso, muy cotizado. Esto pone en serio peligro de extinción a los pobres elefantes que lo producen en sus colmillos. Se quiere significar que María está hecha de material precioso, de virtudes celestiales, de santidad, de pureza. 

Casa de oro


Nuevamente se habla de un mineral precioso, el rey de los metales, el oro. Si una casa se construye completamente de oro, su valor es incalculable. Queremos decir que María vale más que el oro, vale tanto que no tiene precio en los mercados. Por ninguna criatura ha apostado Dios tanto como por María. La valora tanto que la ha hecho su Madre. Y nos valora tanto que la ha hecho nuestra Madre. Aquí podemos comprender el amor de Dios a nosotros. La casa de oro se llama María de Nazareth y se llama nuestra Madre. 

Arca de la alianza


El Arca antigua de la Alianza era respetada fuertemente por los judíos, por una razón; encerraba las dos tablas de los mandamientos que Dios había revelado a Moisés. María encerró no las tablas de los mandamientos sino a Dios mismo, el autor de la Antigua y de la Nueva Alianza. De ahí que la veneración hacia Ella se alarga y se eleva casi hasta el infinito.
Rezar las letanías con devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro corazón, de más amor, alegría y admiración. Al final, el cántaro se ha llenado de todas esas hermosas realidades. ¡Qué diferencia de los que las rezan sin amor, distraídos! Su cántaro se llena de nada.

Puerta del cielo


Si el cielo es la felicidad eterna, el lugar donde reside Dios y donde estamos destinados a vivir felices por toda la eternidad, la puerta de entrada es muy importante. Resulta que la puerta se llama María. Al cielo se entra por María. Quien ama a María, quien le tiene gran devoción, tiene el boleto asegurado y la puerta abierta para entrar. 
Su sí a Dios abrió la puerta que estaba cerrada. Ella nos abrirá la puerta de la felicidad eterna; nos dará un abrazo cariñoso. y nos presentará a Jesús y al Padre. ¡Cuanta ilusión me da el pensar en ese momento!
A medida que conocemos a la Virgen, nos vamos enterando de su gran importancia en esta vida y en la otra vida. María nos es completamente necesaria e indispensable. Y los que opinan de otra manera, muy su opinión, que respetamos, pero andan muy equivocados.
Abrir la puerta, y encontrarnos con María Santísima es el comienzo del cielo, su preludio, el inicio del éxtasis eterno que comienza...pero no terminará jamás...


Estrella de la mañana


Lucero que precede a la salida del Sol, de Jesús. Estrella del Mar, que orienta a los que andan perdidos. Me llama mucho la atención la devoción que tienen a la Virgen los marineros de muchos puertos. Ellos saben de tormentas, de difíciles momentos pasados en alta mar. Por eso saben también invocar con todas sus fuerzas a la Estrella del Mar.


Salud de los enfermos


María lleva en sus manos y en su corazón la salud, tan necesaria para vivir en plenitud. Por eso, uno de los momentos en que más se invoca a María por parte de todos sus hijos es en la enfermedad. Uno de los momentos en que más necesitamos invocar a María es en los momentos de dolor. Y cuando más se acerca a sus hijos como buena madre es en esos dolorosos momentos...
Salud de los enfermos del alma. Sabe curar enfermedades del cuerpo, pero sobre todo del alma. Ella sabe otorgar algo tan grande como la salud, la paciencia y el amor en la enfermedad. Como buena Madre está a la cabecera de sus hijos enfermos. Y sobre todo en la hora de la muerte. Todos los buenos cristianos mueren en brazos de su Madre, de María. Y morir así, no es triste, todo lo contrario. Cada uno de nosotros nos preparamos la propia muerte. Si queremos morir en brazos de María, digámoselo. 


Refugio de los pecadores


Es muy importante que lo sepan todos. El pecador se siente muy solo, terriblemente lejos de Dios y de los hombres. Pero hay un refugio seguro, donde vive una persona muy querida, muy nuestra, tan nuestra que es nuestra Madre. También en el pecado sigue siendo nuestra Madre. Es cuando más la necesitamos, cuando Ella sabe que la necesitamos más. A cuantos ha salvado, incluso en el último instante. No desesperes, mientras exista María. 
Un recado urgente, un S.O.S. para todos los que han perdido la esperanza: Mientras exista María Santísima, hay remedio para todos los males, hay perdón para todos los pecados. De todos los títulos hermosos que tiene María, este es el más querido y más aprovechado precisamente por ellos, los pecadores.
Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Quien reza frecuentemente el rosario hace esta petición miles de veces y quien hace una petición miles de veces, la consigue. Mira por donde el rezo del rosario tanto tendrá que ver con nuestra salvación eterna.
Todos conocemos aquella bella reflexión :“Yo les cierro la puerta...pero tu Madre les abre la ventana”. Si tienes miedo de Dios, no lo tengas de María. La Virgen María, la Inmaculada, la Madre de Dios no tiene repugnancia de besar las llagas purulentas de sus hijos enfermos.



Consuelo de los afligidos

Hoy se buscan calmantes, pastillas contra el dolor, porque el dolor se ha multiplicado por todas partes. Cuando no son las enfermedades del cuerpo, son las tribulaciones del alma. El hombre de hoy, tú y yo, requerimos como algo urgente la mano que acaricia, el rostro que se inclina hacia nuestro dolor, el corazón que compadece y suaviza el sufrimiento. Necesitamos las manos, el rostro, el corazón de María. A todos los que sufren sin esperanza vayamos a decir que tienen una Madre, que los ama mucho..... 


Auxilio de los cristianos


Se requería esta ayuda porque, si el Demonio la trae con todos los hombres, principalmente se ensaña con los cristianos. Entrar en el Corazón de María es estar a salvo de todos los peligros. Y si en todo tiempo ha sido necesario este auxilio, hoy más que nunca, pues perece que todo el infierno ha salido de sus antros para hacer daño a la Iglesia y a los cristianos. Por eso, si invocar a María, rezar el rosario siempre ha sido necesario, hoy es de vida o muerte. A los que defienden lo contrario los veremos muertos por el camino, desangrados por ese vampiro infernal.


Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas. Reina de los apóstoles, de los mártires, de los confesores, de las vírgenes. Reina de todos los santos.


Nadie quiere estar fuera de su reinado. Hasta los ángeles, que no son humanos, han pedio y obtenido tenerla como Reina. No como Madre, que ese privilegio sólo a los humanos ha sido dado. Pero al menos como Reina. Ningún ángel la llama con el tierno nombre de Madre, sino con el nombre respetuoso de Reina mía.
Los patriarcas y los profetas, que son los grandes del Antiguo Testamento están bajo su protección. Su grandeza ha quedado pequeña ante la Gran Señora y Reina. Así me imagino yo a Abrahán, a Moisés, a Isaías y a los demás besando respetuosamente las manos de quien llevó en ellas a Dios mismo.
Los grandes del Nuevo Testamento son los que entran en esta lista envidiable: apóstoles, mártires, confesores, vírgenes. De todos es la Reina, la que los supera a todos, la que les ha dado la fortaleza en sus batallas, la que les ha guiado hasta el cielo y hasta la santidad. Reina de muchos, Reina de los mejores, porque eres la Mejor de todos.
Reina de los santos. Podría ser reina de ti y de mí, si llegamos a ser tales. Hay que ganarlo con esfuerzo. La posibilidad está abierta, mientras dura la vida. Todos los santos han amado de manera particular a su Reina. Y Dios los premia de manera muy especial en el cielo, por haber honrado tan hermosamente a su Joya. 


Reina concebida sin pecado original


El privilegio de la Inmaculada Concepción. Estamos muy de acuerdo con que Dios hiciera una excepción con su Madre, que también es nuestra Madre. Nuestra Madre nació igual a nosotros en todos menos en el pecado original. ¡Bendita Tú, que no pasaste por la amargura del pecado! Así, no manchada por nada, puedes ayudar más eficazmente a los manchados con todos los pecados. Vemos que los doctores y enfermeras se ponen guantes y tapabocas para no contagiarse y poder curar mejor. María no necesita de eso. No necesita antivirus. Más bien los virus mueren en el acto en su presencia. A veces podría uno pensar que, como uno es pecador, si intenta tocar o dar un beso o una flor a María la contamina. No es cierto. Ella no se contagia de nuestra basura, sino que nosotros nos contagiamos de su pureza y de su santidad.


Reina elevada al cielo


Esto está defendido en un dogma, el de la Asunción. Alguien de nuestra raza, alguien muy especial ya está en el cielo en cuerpo y alma. Nuestra Madre nos dice que es verdad lo de los nombres escritos en el cielo; nos dice que vale la pena sufrir todo con tal de ganar el cielo. Nos anima, nos ayuda a conseguirlo. Puedes estar seguro de que para conseguir que tú vayas al cielo María Santísima hará todo lo que está en su mano para lograrlo, lo está haciendo. Déjala hacer, deja que te lleve al cielo, no la estorbes con tu ingratitud.
¡Qué alegría tan profunda y tan pura nos da el saber que nuestra Madre está ya para siempre en el cielo, eternamente feliz..! Solo faltamos nosotros. Ella lo sabe y ruega a diario para lograrlo. Suplica a su Hijo que tenga misericordia. En fin que, si bien fue Jesús el que me mereció la redención, será mi Madre la que al fin lo obtenga. ¡Gracias infinitas, Madre!


Reina del Santísimo Rosario


Es una Madre que nos pide rezar el Rosario. Es Ella y no algún fraile disgustado. Porque Dios mismo ha prometido gracias realmente excelentes. Si rezando el rosario todos los días se obtiene el cielo, díganme si vale la pena rezarlo. Desapreciar esta oración es despreciar a María y despreciar a Dios. Una de las mejores cosas que se pueden hacer es, precisamente, rezar el rosario y hacer que otros lo recen. El Papa instituyó un año del rosario. Nos consta que lo reza diariamente. Todos los grandes santos han sido devotos de María y han tenido un gran aprecio por la oración que más le gusta a la Madre de Dios.


Reina de las familias


Es un título que faltaba en las letanías y que Juan Pablo II se encargo de añadir. Las familias tenían necesidad de una Reina. Y una Reina fuerte, que fuera parte de una familia, abogada y defensora contra un enemigo abiertamente declarado contra las familias, el Demonio. Hoy tiene el maléfico pensamiento de destruir la familia. Y ya ha hecho bastante mal. Pero se le enfrenta su eterna rival, María Santísima. Todos somos miembros de una familia y todos queremos que las familias se sostengan en el amor y en la unidad. Invoquemos a la Reina de la Familia.


Reina de la paz


Tan necesaria en nuestros tiempos. Si invocáramos más a María, si rezáramos el rosario con más frecuencia y devoción se acabarían las guerras, todas las guerras. Está prometido. Pero no lo creemos. Seguimos tercamente empeñados en pelear con nuestras piedras, flechas, espadas, cañones y bombas.
A su Hijo se le llama entre otras cosas, Príncipe de la paz. Pues bien, este príncipe, cansado de que no le hagamos caso, nos ha dicho insistentemente: “ Si quieren la paz, hagan lo que Ella les diga”. Él nos ha pedido que recemos el rosario. Dios mismo ha prometido paz a cambio de rosarios.
María es una Reina bellísima, muy poderosa. María es una Madre amorosísima, la mejor de todas. María es la delicia de Dios. María es la flor más bella que ha producido la tierra. Su nombre es dulzura, es miel de colmena. Dios la hizo en molde de diamantes y rubíes, y luego rompió el molde. Le salió hermosísima, adornada de todas las virtudes, con sonrisa celestial. Y, cuando moría en la cruz, nos la regaló. 



P. Mariano de Blas LC
es.catholic.net

viernes, 22 de febrero de 2013

LA INQUISICIÓN... ¿Seguirás creyendo mitos?

El tema de la Inquisición es un tema recurrente, cuando se quiere manchar el
prestigio de la Iglesia. 

Se habla de que la Iglesia católica ha sido intolerante y
sanguinaria, matando a miles de personas por el único pecado de no tener la misma fe.
Se habla de las torturas y de las hogueras de la Inquisición y se inflan los datos y se
inventan tormentos, que sólo existieron en la imaginación de sus enemigos. Hay,
ciertamente, una leyenda negra que trata de presentarnos a la Iglesia como una
institución despiadada, donde los sacerdotes mataban sin compasión a los herejes y a las
brujas. Pero nada más lejos de la verdad.
Por eso, vamos a estudiar la historia en su verdadera dimensión para que la
verdad hable por sí misma. Para ello nos serviremos de los últimos estudios sobre la
Inquisición, dados a conocer a través de las Actas del Simposio internacional sobre la
Inquisición, tenido en el Vaticano del 29 al 31 de octubre de 1998. Estas Actas
presentan los estudios de treinta especialistas de todo el mundo, de distintas creencias,
con investigaciones sacadas de los archivos vaticanos de la Congregación del Santo
Oficio (antigua Inquisición) y de los archivos inquisitoriales españoles y portugueses o
de otros países. Estas Actas han sido publicadas para conocimiento de todo el mundo el
año 2003 por la Editorial Vaticana. El profesor Agostino Borromeo, profesor de historia
en varias universidades, ha sido el encargado de editar esta obra, que fue comenzada por iniciativa del Papa, que quería separar los mitos y leyendas de la realidad. Ahora ya se conoce la historia, nadie podrá decir, a partir de ahora, que no sabía, a no ser que acepte ser un ignorante de la historia.


INQUISICIÓN MEDIEVAL

Los herejes cátaros o albigenses eran considerados enemigos del Estado y de la
Iglesia, como si fueran criminales públicos o terroristas, que se oponían al orden
establecido. Decían que los espíritus eran creados directamente por Dios, mientras que
el mundo y todo lo material había sido creado por el diablo. Cristo, según ellos, no
había podido ser hombre ni nacer de la Virgen María, pues eso hubiera significado
nacer pecador, pues la carne era creada por el demonio. Los creyentes, para salvarse,
debían ser puros ( cátaro significa puro) y debían vivir pobremente y renunciar al
mundo y a las relaciones sexuales que eran malas. Por eso, rechazaban el matrimonio,
pues el procrear era colaborar con Satanás. Para ellos, era preferible fornicar, que tener
relaciones con la misma esposa. Además, invitaban al suicidio individual, dejándose
morir de hambre o asfixiarse, después de haber recibido de los jefes de la secta lo que
ellos llamaban consolamentum, o dispensa de todos los pecados, para ir directamente al
cielo. Según ellos, no valía la pena vivir en esta tierra pecadora, obra del diablo. Y
ridiculizaban a los ricos y a los eclesiásticos, que vivían con lujos y comodidades.
Pero el problema no quedaba en tener ideas diferentes. Apoyados por algunos
nobles, que se oponían a la Iglesia y al rey, empezaron a destruir iglesias, matar
sacerdotes y profanar objetos religiosos. Incluso, mataron al delegado papal, 
Pedro de Castelnau en 1203. La predicación pacífica para convertirlos, llevada a cabo por el obispo español Diego de Osma y de santo Domingo de Guzmán con predicadores
dominicos y cistercienses, que llevaban una vida pobre y ejemplar, no dio muchos
resultados. Por eso, el Papa Inocencio III, en 1209, decretó una Cruzada contra ellos,
que se habían hecho fuertes en algunas ciudades del Languedoc (Francia) como
Narbonne, Toulouse, Carcassonne, Beziers y otras. Todos ellos fueron vencidos por las
armas, aunque los cruzados actuaron, en muchas ocasiones, con crueldad.
Sin embargo, no desaparecieron y permanecieron muchos focos organizados en
diferentes lugares. Y, no solamente de cátaros, sino también de valdenses, josefinos,
patarinos, arnaldistas y otros herejes. Los reyes eran despiadados con ellos, les
confiscaban los bienes, los metían en prisión, los privaban de cargos públicos e,
incluso, muchas veces, los llevaban a la hoguera.
Para evitar abusos y errores, en 1231, el Papa Gregorio IX organizó la
Inquisición. Nombró delegados papales como inquisidores que visitaran los distintos
lugares del sur de Francia para que, en unión con los obispos locales, pudieran
determinar con imparcialidad quiénes eran realmente herejes y entregarlos a la justicia
civil. Primero, se les concedía un tiempo de gracia de unos 30 ó 40 días para que
pudieran presentarse espontáneamente. Después, se pedía la colaboración de los
ciudadanos para denunciarlos y se les sometía a juicio. En 1252, el Papa Inocencio IV,
de acuerdo con las costumbres de la época, publicó la bula Ad extirpanda, con la que
aceptaba que se pudiera usar la tortura para sacar la información a los reos como hacían
los tribunales civiles.
Al principio, no había normas claras y, para evitar abusos, el Papa, en 1262,
ordenó que, cuando había tortura, debían asistir los inquisidores para controlar a los
empleados civiles que la ejecutaban. La tortura era solamente un medio para conseguir
información, no un castigo. De modo que, si el asunto era claro, no había lugar para
realizarla. No obstante, todas las informaciones, conseguidas bajo el tormento, no
podían ser tenidas por válidas hasta que no se confirmaran por otros medios.
Además, había normas claras para que no hubiera derramamiento de sangre ni
mutilación como en los tribunales civiles. Y el tiempo era limitado a una hora; mientras
que en los tribunales civiles el tiempo era ilimitado. En cuanto a este punto, digamos
también que los tribunales de la Inquisición no inventaron ningún tormento ni
instrumento nuevo. Asistía un médico para vigilar la salud del reo y en todo eran mucho
más benignos que los tribunales civiles.
Los inquisidores tenían como misión detectar a los herejes y conseguir su
reconciliación con la Iglesia y, sólo en caso de contumacia, entregarlos a las autoridades
civiles. Si los hubieran entregado directamente a los tribunales civiles, hubieran estado
sujetos a muchos errores y abusos, y quizás a venganzas políticas, sin tener la
posibilidad de eximirse de los castigos con el arrepentimiento.
Por otra parte, como dicen los especialistas: Hay que recalcar que el empleo de
la tortura, en esta época, es más bien rara y el principal medio de coerción es la
prisión. Y esto, porque el Papa Clemente V había determinado en 1311 que los
inquisidores no podían imponer la tortura sin el consentimiento del obispo del lugar, lo
que la hacía más difícil. De ahí que es digno de resaltar que en los fragmentos del
proceso inquisitorial, que han llegado hasta nosotros, las alusiones a la tortura sean raras.
Hubo abusos, pero, en general, se puede decir que se actuó con honradez y
ecuanimidad, pues los inquisidores eran personas honestas. Según los especialistas: De
los procesos que se van publicando y también de biografías de inquisidores que van
apareciendo, se puede constatar que éstos eran, en general, personas con una
formación jurídica elevada y que sus actuaciones fueron muy mayoritariamente
conformes a derecho, aunque hubiese sin duda abusos. Muchos de estos inquisidores
escribieron tratados de derecho inquisitorial de primer orden.
El derecho inquisitorial es un derecho privilegiado, como bien ha escrito el
profesor Enrique Gacto, ya que contiene sanciones más benignas que las del derecho
penal ordinario o secular, en el que el delito de herejía es reprimido inapelablemente
con la pena de muerte. En cambio, el reo de herejía, rescatado por la jurisdicción
inquisitorial, tiene abierta una vía que le permite escapar a esta sanción máxima y, en
efecto, la evita, siempre que confiese y manifieste su arrepentimiento de forma suficiente.
 
Y ¿cuántos murieron por la Inquisición medieval en el sur de Francia? Según el
registro del inquisidor Bernard Gui, la Inquisición de Toulouse entre 1308 y 1323 envió
a la muerte a 41 personas (de ellos 30 cátaros). No son, pues, miles y miles como
algunos alegremente hacen creer sin fundamento histórico.
En Inglaterra, donde nunca hubo Inquisición, en el siglo XIII, los cátaros eran
arrestados y marcados con fuego al rojo vivo y sus casas destruidas y confiscados todos
sus bienes como primera medida. Y desaparecieron en pocos años.
Desde mediados del siglo XIV y durante el siglo XV, fueron muy raras las
condenas a muerte, pues el período álgido de la Inquisición medieval fue el siglo XIII.
Y, prácticamente, sólo permaneció como Inquisición episcopal, dependiente de los
obispos, en Aragón y algunos puntos del sur de Francia.
¿Qué podemos decir de la Inquisición medieval? El gran historiador peruano
Rubén Vargas Ugarte dice: La Inquisición, como todas las instituciones que han
perdurado a través del tiempo, nació de una necesidad social que hoy, tal vez, no somos
capaces de sentir, pero en los siglos XII y XIII no pudo menos de conmover a las
multitudes y atraer la atención del poder civil. La herejía... incitó a las masas a
rebelarse contra los poderes constituidos y, especialmente, contra la Iglesia. 
La inquisición fue el fruto de la reacción producida en los ánimos por el ataque lanzado
contra la fe y las costumbres tradicionales.



 
INQUISICIÓN MODERNA

La Inquisición medieval estaba prácticamente desaparecida, cuando en el siglo
XVI, con el problema de los judaizantes y moriscos, falsos convertidos del judaísmo y
del islam, comienzan a presentarse nuevos problemas, acentuados con la propagación de
luteranismo en toda Europa. Por eso, se establecen las Inquisiciones portuguesa, romana
y española con el fin de controlar el desborde de estos herejes o apóstatas, que ponen en
peligro la unidad nacional.

a) INQUISICIÓN PORTUGUESA

La Inquisición portuguesa fue creada en 1536. El Papa nombraba al inquisidor
general, presentado por el rey, y el inquisidor general con su Consejo, nombraba a los
demás inquisidores. En Portugal había cuatro tribunales principales: Evora, Coimbra,
Goa para la India, y Lisboa para el sur del país y para Brasil. No se conocen cifras
exactas de sentenciados a muerte, aunque la mayoría fueron falsos judíos convertidos.
Prácticamente, esta Inquisición, al igual que la española, actuaba con total
independencia. Por eso, no faltaron, de vez en cuando, algunos conflictos con el Papa.
Fue suprimida en 1822.

b) INQUISICIÓN ROMANA

En cuanto a la Inquisición romana, instituida en los Estados Pontificios y otros
lugares de Italia, comenzó oficialmente el 21 de julio de 1542 con la bula Licet ab initio
del Papa Pablo III, con la finalidad de atajar el avance del protestantismo en Italia. Se
constituyó un tribunal central de seis cardenales como inquisidores generales, con la
facultad de degradar a los clérigos herejes y con la facultad de pedir la ayuda de las
autoridades civiles para imponer las sentencias. Al principio, se llamaba Santa, Romana
y Universal Inquisición. El 29 de junio de 1908 se le cambió el nombre por
Congregación del Santo Oficio hasta 1965, en que se le dio el nombre actual de
Congregación para la Doctrina de la fe.
Uno de los puntos importantes de esta Inquisición fue la censura de libros, que
se había establecido poco después de la implantación de la imprenta. Ya en 1544 la
universidad de París había establecido el primer Índice de libros prohibidos. La
universidad de Lovaina lo hizo en 1546. Después, las Inquisiciones de España y
Portugal establecieron sus propios Índices. En ellos, generalmente, se establecía la
prohibición de imprimir, vender y difundir libros prohibidos bajo penas pecuniarias y
pérdida de privilegios. Normalmente, se prohibieron los libros de herejes y de otros queincluían citas heréticas. Se prohibió la impresión de libros espirituales de dudosa
espiritualidad e, incluso, de Biblias que no tuvieran buena traducción. No se prohibieron
los libros científicos.
El primer Índice de la Inquisición romana es de 1548. El concilio de Trento
preparó un nuevo Índice parecido al anterior. Pío V instituyó expresamente una
Congregación romana que se encargara del Índice en 1571. Esta Congregación fue
suprimida por Benedicto XV, al publicarse el código canónico de 1917, y sus
atribuciones pasaron a la Congregación del Santo Oficio. La última edición de libros
prohibidos fue en 1948 y estuvo en vigor hasta 1966.
La Inquisición romana tenía jurisdicción en los tribunales de los Estados
Pontificios, en la República de Génova, República de Venecia, reino de Nápoles y en
los ducados de Mantova, Módena, Parma, Saboya y Toscana; en el Estado de Milán y
en las ciudades de Besançon, Carcassonne, y Toulouse en el sur de Francia; uno en
Malta y otro en Colonia, en Alemania.
Los archivos del Santo Oficio, que recogen toda la documentación relativa a
estos tribunales, comprenden actualmente unos 4.500 documentos hasta 1903, aunque
algunos se han perdido. En ellos, hay procesos a falsos místicos y a seguidores del
molinismo y quietismo, que eran desviaciones de la fe católica. También hay referencias
a cuestiones de magia, brujería y, por supuesto, a herejes protestantes. El único caso en
que se trató de un científico es el caso de Galileo.
No se tienen cifras exactas de las sentencias de muerte en todas las sedes que
dependían de Roma. Según el especialista Andrea de Col, en las tres sedes de las que
hay datos fidedignos, que son Roma, Venecia y Aquileia-Concordia, el total de los
ejecutados fueron 128. De ningún modo, miles y miles de que habla la leyenda negra.
Según el especialista Adriano Garuti: La pena capital era reservada al herético
pertinaz, al reincidente. Contrariamente a lo que se piensa frecuentemente, sólo un
pequeño porcentaje de procedimientos inquisitoriales se concluia con la condena a
muerte .
El profesor Tedeshi afirma: Tengo la convicción de que las futuras
investigaciones demostrarán que la pena de muerte fue usada con menor frecuencia y
con más respeto por la dignidad humana en los tribunales del santo Oficio (Inquisición) que en los civiles.
Decía el cardenal Joseph Ratzinger, futuro Papa Benedicto XVI: Hace
muy poco, un profesor italiano liberal, estuvo investigando en unos cuantos procesos
(en los archivos de la Inquisición), durante algún tiempo, y él mismo declaró que le
había defraudado bastante. En vez de encontrar grandes luchas entre la conciencia (de
los reos) y el poder (de la Iglesia), que era lo que él buscaba, lo que allí había eran procesos criminales ordinarios. Eso se debe a que el tribunal de la Inquisición romana
era bastante moderado. Los mismos procesados por algún delito civil, añadían
cualquier factor religioso como brujería, profecía, etc., a su delito, para que les
enviaran ante el tribunal de la Inquisición.


 
Veamos ahora los tres casos más sonados y lamentables de la Inquisición
romana por ser personajes importantes.

 1. Jerónimo Savonarola (1452-1498)

Era sacerdote dominico, prior del convento de san Marcos de Florencia. Era muy
rígido en moral y pedía que quemaran en la hoguera a todos los que llevaban una
vida libertina y eran gente de malas costumbres. El 7 de febrero de 1497 organizó en
la Plaza de la Signoria una hoguera de las vanidades, en la que ardieron objetos que
simbolizaban los vicios: instrumentos musicales, imágenes, joyas, naipes e, incluso,
los libros de Boccacio y Petrarca por su contenido impúdico. Savonarola era
considerado como profeta por los florentinos y ejerció una enorme influencia en la
población con sus ideales de pobreza y con prédicas contra la corrupción, el lujo, el
derroche y el afán de placeres de ricos y eclesiásticos de su tiempo.
Pero fue muy imprudente en sus denuncias de los abusos que se cometían.
Profetizaba que Dios iba a mandar un salvador para arreglar la situación de
corrupción reinante y buscó la intervención del rey de Francia, Carlos VIII, para
invadir la república de Florencia y reformar la Iglesia y las costumbres, pero fue
rechazado y se creó muchas antipatías ante la gente, que antes lo seguía como a un
profeta.
El Papa Alejandro VI tomó cartas en el asunto y el 7 de noviembre de 1496 le
ordenó incorporarse a la nueva provincia dominica toscano-romana, pero
desobedeció. Por eso, el 13 de mayo de 1497, le llegó el decreto de excomunión, al
que respondió, reanudando sus prédicas y negando la validez del decreto de
excomunión. Pero en la misma Florencia, sus opositores asaltaron el convento de
san Marcos, donde se encontraba, y lo hicieron prisionero. Fue condenado al
patíbulo. Su cadáver quemado, y sus cenizas echadas al río Arno. Murió con otros
dos frailes, seguidores suyos, el 23 de mayo de 1498. Sus libros fueron puestos en el
Índice, pero fueron rehabilitados por el Papa León XIII en el siglo XIX.
Actualmente, ya no se le acusa de cismático o hereje por sus escritos e, incluso,
hay quienes dudan de que la bula de excomunión fuera válida. No fue un santo ni un
hereje, fue un imprudente y desobediente, que, incluso, proyectaba un concilio que
juzgase y depusiese al Papa. Sin embargo, como en otros casos, se usó la violencia
para imponer la verdad y la obediencia, lo que realmente es de lamentar.


2. Giordano Bruno (1548-1600)
 
Fue un hombre genial, pero contradictorio. Rechazaba todo principio de
autoridad. Irreverente hasta el punto de considerar a los monjes como santos burros.
Para él las religiones no eran más que supersticiones útiles. A Jesús lo veía como
una especie de mago y la Eucaristía como una blasfemia. Creía en la reencarnación
y su filosofía personal era casi panteísta, pues confundía a Dios con la naturaleza.
Viajó por toda Europa: Italia, Francia, Inglaterra y Alemania. Y fue
excomulgado por calvinistas y luteranos. A los luteranos los consideraba la peste del
mundo y deseaba su represión violenta y su exterminio por parte de los Estados.
Expulsado de todas partes, regresó a Italia, donde fue arrestado en Venecia y llevado
a Roma. Tras ocho años de prisión, fue condenado por la Inquisición como hereje
contumaz, que no quería abjurar de sus errores. Murió en la hoguera el 17 de febrero
de 1600 a los 52 años de edad.
Con motivo del jubileo del año 2000, el cardenal Angelo Sodano, secretario de
Estado del Vaticano, en una carta enviada al Congreso que, sobre este pensador, se
celebró en la Facultad de Teología de Italia meridional, en Nápoles, manifestaba su
profundo pesar por la condenación de Giordano Bruno..., que fue un triste episodio
de la historia cristiana moderna..., pues la verdad debe ser testimoniada en el
respeto absoluto de la conciencia y de la dignidad de cada persona.

3. Galileo (1564-1642)
 
Con relación al famoso caso Galileo, la mayor parte de la gente sólo conoce las
cosas de oídas y, por falta de información, muchos creen que fue condenado a la
hoguera o poco menos. Pero veamos cómo sucedieron las cosas en la realidad.
Copérnico (1473-1543) era un sacerdote polaco que tenía un rudimentario
observatorio en una torre de la catedral de Frauenburg. Él fue el primero que afirmó
que la tierra daba vueltas en torno al sol (sistema copernicano) y no, como hasta
entonces se afirmaba, que era el sol el que daba vueltas alrededor de la tierra. Su
obra fundamental, Las revoluciones de los mundos celestes, publicada en 1543,
estaba dedicada al Papa Pablo III y su obra tenía el imprimatur (puede imprimirse)
de un cardenal dominico. Hasta la llegada de Galileo, se sucederán once Papas, que
no sólo no desaprobaron esta teoría heliocéntrica de Copérnico, sino que la
alentaron como una hipótesis.
La teoría de Copérnico se enseñaba en las universidades de la Iglesia, al igual
que la teoría de Tolomeo. Pero Galileo, que seguía la opinión de Copérnico, la
afirmaba con total seguridad, como verdad absoluta. Y tenía expresiones de
desprecio para quienes no compartían su teoría. En sus cartas hay expresiones como
imbécil, con la cabeza llena de pájaros, apenas digno de ser llamado hombre,
alguien que se ha quedado en la niñez, una mancha en el honor del género humano,
etc. Por eso, cuando le pidieron pruebas objetivas, sólo dio una, que era 
totalmente equivocada y lo es todavía, la prueba de las mareas oceánicas. 
Decía que las mareas eran provocadas por la sacudida de las aguas 
a causa del movimiento de la tierra.  Ahora sabemos que el flujo y 
reflujo del agua del mar se debe a la atracción de la Luna. 
Al no dar pruebas convincentes de su teoría y, según algunos de sus jueces, ir
en contra del texto bíblico de Josué 10, 12: Detente, sol en Gabón, según el cual
parece ser que el sol era el que daba vueltas alrededor de la tierra, como siempre se
había creído, fue condenado el 22 de junio de 1633. ¿A qué fue condenado?
No fue condenado a muerte ni a prisión ni a ser torturado. Fue obligado a no
presentar su teoría como verdad absoluta sino como hipótesis. El texto de la
sentencia decía que era temporal donec corrigatur, es decir, mientras no sea
corregida la doctrina propuesta como absoluta y se presente como hipótesis, pero él
no estuvo ni un día en prisión ni le pusieron un dedo encima. Sólo tuvo arresto
domiciliario y, muy pronto, se le levantó la prohibición de alejarse de su villa. Sólo
le quedó la obligación de rezar una vez por semana los siete salmos penitenciales,
que sólo duró tres años. Según algunos, esta obligación la cumplió por él su hija religiosa.
No perdió la estima y amistad de obispos y científicos, que venían a su casa a
visitarlo y siguió trabajando. Su principal obra Discursos y demostraciones
matemáticas sobre dos nuevas ciencias, la escribió después del proceso. Y murió a
los 78 años en su casa, siendo miembro de la Academia Pontificia de Ciencias. Al
final de sus días, pudo escribir: En todas mis obras no habrá quien pueda encontrar
la más mínima sombra de algo que recusar de la piedad y reverencia a la santa
Iglesia11. La famosa frase que, según algunos, dijo al ser sentenciado: Eppur si
muove (Y, sin embargo, se mueve), es una de tantas fábulas inventadas por los
anticatólicos. Esta frase fue inventada en Londres en 1757 por Giussepe Baretti.

 Sobre el caso Galileo, debemos decir, en primer lugar, que es un caso único en la
historia de la Iglesia, en que se haya condenado a un científico. Por eso, hacer un
mito del caso Galileo está fuera de contexto. También hay que tener en cuenta que
nunca fue condenado por el Papa, sino por un tribunal eclesiástico (siete jueces
contra tres). No hubo, ni podía haber, una sentencia infalible, porque el Papa sólo es
infalible, cuando habla ex cáthedra, es decir, con toda solemnidad para imponer una
verdad de fe y costumbres. El Papa no tiene autoridad sobre temas científicos.

El error de los jueces del tribunal estuvo en interpretar literalmente la Biblia y
creer que el texto de Josué defendía el sistema de Tolomeo. El error grave de
Galileo fue querer imponer como verdad absoluta algo que no podía probar. Por eso,
la misma sentencia le impone que enseñe su opinión como hipótesis, lo que no era
un error para aquellos tiempos. La primera prueba experimental, indiscutible, de la
rotación terrestre data de 1748, un siglo después. Y, desde 1741, la teoría
heliocéntrica había sido reconocida oficialmente por el Santo Oficio.

Algunos científicos del siglo XXI podrían decir que Galileo tampoco tenía
razón, porque el sol también se mueve y no está fijo como creía Galileo. El sol se
mueve en torno al centro de la galaxia y la galaxia en torno al centro de un conjunto
de galaxias. Todo el Universo se mueve.
Ahora bien, decir que la Iglesia, por este caso, va en contra de la ciencia es ir
demasiado lejos. De hecho, el primer gran observatorio astronómico, el más antiguo
del mundo, y que funciona desde 1579, es el del Vaticano. Y las primeras
universidades europeas y americanas fueron fundadas por la Iglesia.
¿Qué hubiera pasado, si Galileo hubiera estado en territorio protestante? El
astrónomo protestante Kepler, por seguir su misma opinión, fue expulsado del
colegio teológico de Tubinga por sus compañeros protestantes y tuvo que abandonar
Alemania y refugiarse en Praga. De allí recibió una invitación para enseñar en
territorio pontificio en la universidad de Bolonia.
Si hubiera vivido en Ginebra, probablemente, hubiera sido decapitado;
simplemente por ser concubino y no estar casado con su esposa, como hacía Calvino
con los concubinos.
Lutero mismo decía sobre el sistema copernicano: La gente le presta oído a un
astrólogo improvisado, que trata de demostrar en cualquier modo que no gira el
cielo, sino la tierra. Para ostentar inteligencia, basta con inventar algo y darlo por
cierto. Este Copérnico, en su locura, quiere desmontar todos los principios de la
astronomía13.
En resumen, podemos decir que hay que diferenciar bien los campos de la fe y
de la ciencia. Ambas se complementan y nos llevan a Dios. No puede haber
contradicción entre ellas. Si apareciera alguna contradicción, algo anda mal en
alguna de las dos partes. O no es verdadera fe lo que se propone como tal, o no es
verdadera ciencia. La verdadera ciencia nos lleva a la fe, y la fe nos ayuda a
investigar las maravillas de Dios dentro de los límites de respeto a los derechos
humanos.
La lección que debemos aprender es que hay que evitar los fundamentalismos al
interpretar la Escritura de un modo literal, pues, como decía el cardenal Baronio: La
Biblia nos enseña cómo se va al cielo y no cómo van los cielos, es decir, nos habla
de Dios y de cómo ser buenos para ir al cielo, pero no habla de verdades
matemáticas o científicas. Y la Iglesia sólo tiene autoridad en cuestiones de fe y
costumbres.
De todos modos, el Papa Juan Pablo II en 1981 nombró una comisión de
expertos para estudiar el tema de Galileo y sus conclusiones se dieron a conocer el
31 de octubre de 1992. Galileo no fue rehabilitado, porque no había nada de qué
rehabilitarlo. Simplemente, después de estudiar exhaustivamente el tema con los documentos que se conservan en los archivos vaticanos, el Papa Juan Pablo II
reconoció el error de algunas autoridades de la Iglesia en este caso.