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lunes, 31 de julio de 2017

Nuestra salvación se debe a la fe o a las obras...? gracia o mérito?


                    LAS OBRAS Y LA SALVACION 


Uno de los puntos principales de discordia entre Lutero y la Iglesia Católica fue si la salvación es por medio de la Fe o de las Obras, siglos después de separaciones y discusiones sin términos, parece que ambos estaban mas en lo cierto que en disputas, todo depende del enfasis que se puso en realzar algunos de los hechos y textos fundamentales en esta Doctrina al  igual que el lenguaje que se utiliza al explicarla.

Hoy en día hermanos protestantes afirman que la salvación es solamente por Fe (Sola Fides) y que las obras no cuentan para que como dice Pablo "no sea mérito de hombre sino del SEÑOR", otros catolicos desconociendo la Doctrina de la Iglesia arremeten con ulna salvacion basada solo en obras. Todo esto surge de tomar versículos de la Palabra de DIOS y leerlos sin estudiar el contexto donde fueron escritos ni para quién estaban dirigidas. Para comprender la Palabra del SEÑOR no basta tomar un versículo aislado y dar una interpretación de el, hay que leer el capítulo y estudiar de que se esta hablando y a quién, y ver cual es la enseñanza que se quiere dejar, por ejemplo veamos cuando los fariseos reprochaban a JESUS que sus discípulos no ayunan en Lucas 5-34 JESUS contesta "Pueden hacer que los que están de bodas ayunen en tanto que el esposo esté entre ellos? Si se lee este versículo fuera de contexto se puede deducir que CRISTO esta contra el ayuno pero más tarde aclara que "días vendrán en que el esposo no esté y podrán ayunar" y así con la palabra de DIOS , hay que leerla dentro del contexto y la situación.
Primero veamos que es Justificación, es el proceso por el cual el alma es regenerada por la gracia, esto no puede lograrse por medios o esfuerzo del hombre ni por cumplimiento de la Ley, es don gratuito de DIOS . Gracia es la llamada de DIOS al hombre para que se salve, es la amistad de DIOS que genera salvación y es un don concedido mas que merecido, en fin por la Redención CRISTO mereció para nosotros la Gracia Santificante que significa la Salvación realizada por CRISTO sin merecimiento por parte del hombre.

Dice el Catecismo de la Iglesia entre los puntos 1987 y1995 “ La Justificacion es al mismo tiempo acogida de la justicia de Dios por la Fe en Jesucristo, la Justificacion nos fue merecida por la pasion de Cristo que se ofrecio en la Cruz como hostia viva y santa y agradable a Dios y cuya sangre vino a ser instrumento de propiciacion por los pecados de los hombres.Nuestra justificacion es obra de la Gracia de Dios”

La Iglesia proclama que nuestra Justificacion viene de Dios y es un don gratuito que no se compra ni se gana, es pura Gracia, El Concilio de Trento en el año-.1534 en la seccion de los Canones sobre la Justificacion en su Canon 1 dice “ Si alguno dijere que el hombre puede justificase delante de Dios por sus obras que se realizan por las fuerzas de su humana naturaleza o por la doctrina de la Ley, sin la Gracia Divina por Cristo Jesus, SEA ANATEMA (Maldito)”

De donde viene la division? Primeramente vine del maligno, despues de una falta de dialogo muy grande, para poder entender el punto de la Iglesia vamos a hacer una decantacion de dos conceptos, Redencion y Salvacion un poco heterodoxo, pero para su buena comprension.Digamos que:
- Redencion es el proceso por el cual Jesus nos compra a precio de Sangre de las garras del Diablo y nos trae a la vida Trinitaria de Dios
-Salvacion, es el proceso por el cual yo me hago parte o me apropio de esa Redencion.

La Redencion es pura misericordia de Dios, no hay hombre por santo y justo que sea que pueda por sus meritos u obras redimirse, esta redencion solo pudo ser hecha y merecida por el mismo Dios, la Redencion es un acto gratuito de Dios al hombre y solo El la pudo efectuar. La Salvacion es el proceso por el cual yo me agencio esta Redencion, comienza en la Fe (por medio del Bautismo como dice Romanos 6, 3-4 donde somos adoptados por Dios e injetados en la vida de la Gracia) prosigue con mi convercion personal y florece en el ejercicio de las obras buenas que brotan de esta y que son testimonio de  mi vivir en Cristo. Estas Obras son ayuda en el incremento del favor de Dios en mi vida al serle yo agradable y aumenta mi caudal de Salvacion ante el Altisimo.Seria muy injusto (y Dios no lo es) que las Obras malas me destituyeran de la  Salvacion y las buena no ayudaran, esta es pura logica de Dios.


Nuestros hermanos de otras Iglesias que aun persisten en las controvercias doctrinales nos bombardean continuamente con el Versiculo de San Pablo donde se dice “que las Obras no sirven”Cuando San Pablo habla de que las obras no sirven para nada se esta refiriendo como en Romanos 3, 27 -28 a las obras DE LA LEY JUDIA, los judios pensaban que ellos eran agradables a Dios y obtenian su favor por las cosas que hacian y que les indicaba la Ley, tal como los baños rituales, el labado de objetos, etc, San Pablo le dice a los fieles que nuestra salvacion NO viene de eso que hacemos, sino de lo que creemos pues esta ya se logro en Cristo, ademas esta forma de pensar llevaba al fariseismo y pensasr  “en lo bueno que soy yo” actitud que aun hoy es un peligro espiritual. No hay que confundir, San Pablo, el  apostol que escribio en I Corintios 13 el hermoso Himno a la Caridad no puede menospreciar las obras que nacen de la convercion ....”Aunque tenga Fe como para mover montaña y no tengo Caridad, no soy nada”   

El gran peligro de nuestros hermanos de otras Iglesias es que miran a Pablo desligado de Cristo o miran a Cristo a traves de San Pablo, gran error! , hay que mirar a Pablo  a traves de la Doctrina de Cristo y asi se puede entender en su correcto sentido lo que dice el Apostol


Ahora bien la iglesia ha proclamado por siglos que la salvación es don de CRISTO y se obtiene por Fe pero que una vez Justificada el alma el hombre puede acrecentar la santidad por las obras o perderla por la falta de las mismas, es sencillo si leemos:

Galatas 5-4
4 Vacíos sois de CRISTO los que por la ley os justificáis;
de la gracia habéis caído

el hombre puede perder la gracia si se rige solo por la Ley y puede perder su salvación si esta fe no va acompañada de buenas obras como por ejemplo veamos a:

Mateo 25, 31-45
31 Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos
los santos ángeles con el , entonces se sentará sobre el trono
de su gloria 32 Y serán reunidas delante de El todas las gentes:
y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las
ovejas de los cabritos 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y
los cabritos a la izquierda 34 Entonces el Rey dirá a los que
estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el
reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo;
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me
disteis de beber; fui huésped y me recogisteis; 36 Desnudo,
y me cubrísteis; enfermo y me visitásteis; estuve en la cárcel y
vinisteis a mi. 37 Entonces los justos le responderán, diciendo:
Señor, Cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos?
O sediento, y te dimos de beber? 38 Y cuándo te vimos
huésped y te recogimos? O desnudo y te cubrimos? 39
O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos
a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo
que en cuando lo hicisteis a uno de estos mis hermanos
pequeños a mi lo hicisteis. 41 Entonces dirá también a los
que estarán a la izquierda: Apartaos de mi, malditos,
al fuego eterno preparado para el diablo y para sus
ángeles: 42 Porque tuve hambre y no me disteis de comer,
tuve sed, y no me disteis de beber, 43 Fui huésped y
no me recogisteis, desnudo y no me cubristeis;
enfermo y en la cárcel y no me visitasteis 44 Entonces
también ellos le responderán diciendo: Señor cuándo
te vimos hambriento o sediento o huésped o desnudo o
enfermo o en la cárcel y no te servimos? 45Entonces les
responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto
no lo hicisteis a uno de estos pequeños, ni a mi lo hicisteis
46 E irán estos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna.


En este capítulo vemos claramente como el SEÑOR hablo claro respecto del fin y del juicio, como el hombre va ha ser juzgado por sus obras la cual como dice Santiago son índice de su Fe, pues una Fe sin obras es Fe muerta, Es curioso este Evangelio donde Jesus reconoce a sus herederos no por lo que sintieron o dijeron, sino por lo que hicieron, cuando das frutos de buenas obras te asemejas a Dios y este se reconoce en ti y ve el fruto de su Redencion actuando en tu vida. En este Evangelio inclusive hay hombres que son llamados al Reino sin saber que las obras que hacian eran al mismo Señor…Misterio de la Redencion y de la Gracia…. 



Marcos 8:34-38
34 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere
venir en pos de mi, niéguese a si mismo y tome su cruz,
y sígame 35 Porque cualquiera que quisiere salvar su vida,
la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa
de mi, la hallará. 36 Porque de qué aprovecha al hombre
si granjeare todo el mundo y perdiere su alma? O qué
recompensa dará el hombre por su alma? 37 Porque
el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con
sus ángeles y entonces pagará a cada uno conforme a
sus obras. 38 De cierto os digo: hay algunos de los que están
aquí que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto
al Hijo del hombre viniendo en su reino.


En este Capítulo JESUS afirma que va a pagar a cada cual según sus obras y es sencillo, desde el momento en que el hombre acepta a JESUS como salvador por Fe, esta le da la Salvación; pero ha sido una decisión del hombre aceptarla, la salvación estaba ahí pues se mereció por el sacrificio de CRISTO en la cruz; pero la aceptación de esta es un movimiento libre de la voluntad del hombre o sea una obra, si el hombre puede perder la salvación por el pecado (que es obra del hombre) bien puede acrecentar esta por obras buenas no para que se gloríe el hombre sino porque esta fe fructifica y como dijo JESUS "por sus obras los conoceréis" veamos:


Mateo 19:16
16Y he aquí, uno llegándose le dijo: Maestro bueno, que
bien haré para tener la vida eterna? 17 Y el le dijo:
Por que me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, es
a saber, DIOS : y si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos. 18 Dícele : Cuáles? Y Jesús dijo: No
matarás: No adulterarás: No hurtarás: No dirás falso
testimonio: 19 Honra a tu padre y a tu madre: y, Amarás a
tu prójimo como a ti mismo.
20 Dícele el mancebo: Todo esto guardé desde mi juventud:
qué mas falta? 21 Dícele Jesús: Si quieres ser perfecto,
anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo, y ven, sígueme.
22 Y oyendo el mancebo esta palabra, se fue triste, porque
tenía muchas posesiones 23 Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: De cierto os digo, que un rico difícilmente
entrará en el reino de los cielos.

El joven rico era un hombre de Fe que vivía de acuerdo a la Ley de DIOS ; pero le faltaban las obras, darlo todo a los pobres, y JESUS le dice que si hace esto tendrá un tesoro en el cielo OJO no en la tierra, en el cielo, luego JESUS dice que es difícil para un rico entrar al cielo o sea salvarse porque casi siempre va acompañado de la avaricia. Veamos otro pasaje donde el Apostol habla de la importancia de las Obras:

Romanos 2, 1-6
1Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, cualquiera que
juzgas: porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti
mismo: porque lo mismo haces, tu que juzgas. 2 Mas
sabemos que el juicio de DIOS es según verdad contra los
que hacen tales 3 Y piensa esto, oh hombre, que juzgas a los
que hacen tales cosas, y haces las mismas, que tu escaparás
del juicio de DIOS ? 4 O menosprecias las riquezas de su
benignidad, y paciencia, y longanimidad, ignorando que
su benignidad te guía a arrepentimiento? 5 Mas por tu dureza,
y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira
para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio
de DIOS ; 6 El cual pagará a cada uno conforme a sus obras
7A los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra
e inmortalidad, la vida eterna




Vemos en Lucas 19, 8,9 como Zaqueo al convertirse entregó la mitad de sus bienes a los pobres y JESUS exclamó " Hoy ha entrado la salvación a esta casa " o sea Zaqueo fue salvo por que su Fe la demostró con las obras.

Zaqueo puesto de pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes
doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno lo
vuelvo con el cuatro tanto. 9 Y Jesús le dijo: Hoy ha venido
la salvación a esta casa: por cuanto el también es Hijo de Abraham



Veamos otro pasaje del Evangelio donde se nos habla de la importancia de las Obras:

9 Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de
maldad, para que cuando faltareis, os reciban
en las moradas eternas


En Lucas 16,9 JESUS pone de ejemplo a un mayordomo infiel que hizo arreglos para ser justificado delante de su amo con las deudas de los demás y JESUS terminando la parábola nos dice que hagamos el bien con nuestras limitaciones para que obtengamos la gloria.


Veamos este otro pasaje de los consejos de San Pablo a Timoteo:

16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina;
persiste en ello; pues haciendo esto, a ti mismo
salvarás y a los que te oyeren


El apóstol Pablo en su Primera epístola a Timoteo capitulo 4, 16  le dice a su discípulo que cuide de si y de la doctrina para que se SALVE y salve a otros porque el hombre va ha ser juzgado por la responsabilidad que tenemos sobre la salvación de otros, la salvación es individual y a la vez colectiva pues somos responsables de aquellos que se nos han sido encomendado.

Veamos la gran importancia que le dan  I Apocalipsis 20  y II Corintios a las Obras y el juicio:



 Apocalipsis 20
12 Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban
delante de DIOS ; y los libros fueron abiertos; y otro
libro fue abierto el cual es de la vida ; y fueron juzgados
los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras 13 Y el mar dio los muertos que estaban
en el; y la muerte y el infierno dieron los muertos que
estaban en ellos, y fue hecho juicio de cada uno
según sus obras.
y
8 Más confiamos y más quisiéramos partir del cuerpo,
y estar presentes al Señor 9 Por tanto procuramos
también, o ausentes, o presentes, serle agradable
10 Porque es menester que todos nosotros parezcamos
ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba
según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo,
ora sea bueno o malo.

Según vemos en 2 Corintios y Apocalipsis 20 el juicio de DIOS va ha ser sobre las obras que el hombre ha hecho, muchos hermanos protestantes dirán que Pablo en muchas ocasiones dice que la salvación viene por Fe y no por obras para que el hombre no se envanezca y es cierto puesto que la Palabra de DIOS no se puede contradecir y en esto la iglesia ha sido clara la salvación viene de DIOS por el sacrificio de su Hijo JESUCRISTO en la cruz y es dada al hombre por Fe aún sin merecerlo; pero esta Fe si es sincera se transforma en obras hacia los demás o sea en caridad sin la cual nada es perfecto y por estas obras va a juzgar el SEÑOR, cuando venga con gloria pues como dice su palabra" no todo el que dice Señor, Señor entrara en el Reino de los Cielos". Dice el apóstol Santiago en su carta Capitulo 2 Versículo 14:


Santiago 2:14
14Hermanos míos, que aprovechará si alguno
dice que tiene fe, y no tiene obras? Podrá la fe
salvarle? 15Y si el hermano o la hermana están
desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de
cada día 16Y alguno de vosotros les dice: Id en
paz, calentaos y hartaos; pero no les diereis las cosas
que son necesarias para el cuerpo, qué aprovecharáa?
17Asi también la fe, si no tuviere obras, es muerta
en si misma 18Pero alguno dirá: Tu tienes fe,
y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras,
y yo te mostraré mi fe por mis obras 19Tu crees
que DIOS es uno; bien haces: también los demonios
creen, y tiemblan. 20Mas quieres saber, hombre
vano, que la fe sin obras es muerta? 21No fue justificado
por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció
a su hijo Isaac sobre el altar? 22No ves que la fe obró
con sus obras, y que la fe fue perfecta por las obras?
23Y fue cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó a
DIOS y le fue imputado a justicia y fue llamado amigo
de DIOS 24Vosotros veis, pues, que el hombre es
justificado por las obras, y no solamente por la fe
25Asimismo también Rahab la ramera, no fue
justificada por obras, cuando recibió los mensajeros, y
los echó fuera por otro camino? 26Porque como el
cuerpo sin espíritu está muerto, así también la
fe sin obras es muerta

Santiago nos aclara la función de la Fe y las obras, Fe sin obras no existe pues es Fe muerta y las obras son testimonio de la Fe, "todo árbol sin frutos será cortado y echado al fuego", CRISTO Justifica y salva; pero también juzga al hombre por la Fe a través de sus obras, porque los demonios creen y tiemblan y no por esto son salvos.
En fin hermanos, la Salvación es por el camino estrecho, con trabajos, no es una salvación de Burger King, de hacer una oracioncita y ser salvo ,el que predique una salvación fácil no ha leído el Evangelio ni conoce el Espíritu de estos, es un fatuo que lleva a sus ovejas al despeñadero, la Redencion es un Don merecido por Dios la posibilidad de Salvarme que comienza en la Gracia y sigue en la Fe es un don gratuito de Dios, pero el hombre responde a esa Redencion y a esa salvacion por las obras de amor que nos asemeja al dulce Jesus , Jesus no hablo de Teologias en su vida mesianica, hablo de amor incondicional, de hermosas relaciones humanas, cosas todas que nos asemejan a El. El camino de la Salvacion es estrecho, y amplio el que conduce a la perdición. Dios les bendiga.

A Continuaion les ofrecemos la Declaracion conjunta firmada por la Iglesia Catolica y por la Federacion Mundial Luterana donde se confiesa nuestra conformidad en la Doctrina de la Justificacion  y de la Salvacion, piedra de divicion de ambas Iglesias en la Reforma, ha terminado un largo capitulo de incomprenciones, sigamos orando para que un dia seamos uno y digno Cuerpor de Cristo el Cordero.Amen+



DECLARACION CONJUNTA SOBRE LA DOCTRINA DE LA JUSTIFICACION
FEDERACION LUTERANA MUNDIAL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Un documento histórico «Podemos alegrarnos por este importante logro ecuménico». Con estas palabras Juan Pablo II comentó el 28 de junio la «Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación» firmada por la Santa Sede y la Federación Luterana Mundial. Se trata de un documento que quiere poner fin a condenas históricas entre las dos confesiones cristianas. El pontífice reconoció que, «si bien la Declaración no resuelve todas las cuestiones relativas a la doctrina de la justificación, expresa un consenso en verdades fundamentales de tal doctrina». Al final del documento publicamos las aclaraciones que ilustró el cardenal el cardenal Edward I. Cassidy, prefecto del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, al presentar oficialmente la Declaración conjunta.

DECLARACION CONJUNTA SOBRE LA DOCTRINA DE LA JUSTIFICACION
(Propuesta definitiva)
FEDERACION LUTERANA MUNDIAL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
Preámbulo
1. La doctrina de la justificación tuvo una importancia capital para la reforma luterana del siglo XVI. De hecho, sería el «artículo primero y principal» (1), a la vez «rector y juez de las demás doctrinas cristianas» (2). La versión entonces fue sostenida y defendida en particular por su singular apreciación contra la teología y la iglesia católicas romanas de la época que, a su vez, sostenían y defendían una doctrina de la justificación de otra índole. Desde la perspectiva de la Reforma, la justificación era la raíz de todos los conflictos, y tanto en las Confesiones luteranas (3) como en el Concilio de Trento de la Iglesia católica romana hubo condenas de una y otra doctrinas. Esta últimas siguen vigentes, provocando divisiones dentro de la Iglesia.
2. Para la tradición luterana, la doctrina de la justificación conserva esa condición particular. De ahí que desde un principio, ocupara un lugar preponderante en el diálogo oficial luterano-católico romano.
3. Al respecto, les remitimos a los informes «The Gospel and the Church» (1972) (4) y «Church and Justification» (1994) (5) de la Comisión luterano-católica romana; «Justificación by Faith» (1983) (6) del Diálogo luterano-católico romano de los Estados Unidos y «The Condemnations of the Reformation Era - Do They Still Divide?» (1986) (7) del Grupo de trabajo ecuménico de teólogos protestantes y católicos de Alemania. Las iglesias han acogido oficialmente algunos de estos informes de los diálogos; ejemplo importante de esta acogida es la respuesta vinculante que en 1994 dio la Iglesia Evangélica Unida de Alemania al estudio «Condemnations» al más alto nivel posible de reconocimiento eclesiástico, junto con las demás iglesias de la Iglesia evangélica de Alemania (8).
4. Respecto a los debates sobre la doctrina de la justificación, tanto enfoques y conclusiones de los informes de los diálogos como las respuestas trasuntan un alto grado de acuerdo. Por lo tanto, ha llegado la hora de hacer acopio de los resultados de los diálogos sobre esta doctrina y resumirlos para informar a nuestras iglesias acerca de los mismos a efectos de que puedan tomar las consiguientes decisiones vinculantes.
5. Una de las finalidades de la presente Declaración conjunta es demostrar que a partir de este diálogo, las iglesias luterana y católica romana (9) se encuentran en posición de articular una interpretación común de nuestra justificación por la gracia de Dios mediante la fe en Cristo. Cabe señalar que no engloba todo lo que una y otra iglesia enseñan acerca de la justificación, limitándose a recoger el consenso sobre las verdades básicas de dicha doctrina y demostrando que las diferencias subsistentes en cuanto a su explicación, ya no dan lugar a condenas doctrinales.
6. Nuestra declaración no es un planteamiento nuevo o independiente de los informes de los diálogos y demás documentos publicados hasta la fecha; tampoco los sustituye. Más bien, tal y como lo demuestra la lista de fuentes que figura en el anexo, se nutre de los mismos y de los argumentos expuestos en ellos.
7. Al igual que los diálogos en sí, la presente Declaración conjunta se funda en la convicción de que al superar las cuestiones controvertidas y las condenas doctrinales de otrora, las iglesias no toman estas últimas a la ligera y reniegan su propio pasado. Por el contrario, la declaración está impregnada de la convicción de que en sus respectivas historias, nuestras iglesias han llegado a nuevos puntos de vista. Hubo hechos que no solo abrieron el camino sino que también exigieron que las iglesias examinaran con nuevos ojos aquellas condenas y cuestiones que eran fuente de división.
1. EL MENSAJE BIBLICO DE LA JUSTIFICACION
8. Nuestra escucha común de la palabra de Dios en las Escrituras ha dado lugar a nuevos enfoques. Juntos oímos lo que dice el Evangelio: «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna» (San Juan 3, 16). Esta buena nueva se plantea de diversas maneras en las Sagradas Escrituras. En el Antiguo Testamento escuchamos la palabra de Dios acerca del pecado (Sal 51, 1-1; Dn 9, 5 y ss; Ec 8, 9 y ss; Esd 9;6 y ss) y la desobediencia humanos (Gn 3, 1-19 y Neh 9, 16-26), así como la «justicia» (Is 46, 13; 51, 5-8; 56, 1; cf. 53, 11; Jer 9, 24) y el «juicio» de Dios (Ec 12, 14; Sal 9,5 y ss; y 76, 7-9).
9. En el Nuevo Testamento se alude de diversas maneras a la «justicia» y la «justificación» en los escritos de San Mateo (5,10; 6, 33 y 21, 32), San Juan (16, 8-11); Hebreos (5, 1-3 y 10, 37-38), y Santiago (2, 14-26) (10). En las epístolas de San Pablo también se describe de varias maneras el don de la salvación, entre ellas: «Estad pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres» (Gá 5, 1-13, cf. Ro 5, 11); «tenemos paz para con Dios» (Ro 6, 11-23) y «santificados en Cristo Jesús» (1 Co 1, 2 y 1, 31; 2 Co 1, 1). A la cabeza de todas ellas está la «justificación» del pecado de los seres humanos por la gracia de Dios por medio de la fe (Ro 3, 23-25) que cobró singular relevancia en el período de la Reforma.
10. San Pablo asevera que el Evangelio es poder de Dios para la salvación de quien ha sucumbido al pecado; mensaje que proclama que «la justicia de Dios se revela por fe y para fe» (Ro 1, 16-17) y ello concede la «justificación» (Ro 3, 21-31). Proclama a Jesucristo «nuestra justificación» (1 Co 1, 30) atribuyendo al Señor resucitado lo que Jeremías proclama de Dios mismo (23, 6). En la muerte y resurrección de Cristo están arraigadas todas las dimensiones de su labor redentora porque él es «Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación» (Ro 4, 25). Todo ser humano tiene necesidad de la justicia de Dios «por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios» (Ro 1, 18; 2, 23 3, 22; 11, 32 y Gá 3, 22). En Gálatas 3, 6 y Romanos 4, 3-9, San Pablo entiende que la fe de Abraham (Gn 15, 6) es fe en un Dios que justifica al pecador y recurre al testimonio del Antiguo Testamento para apuntalar su prédica de que la justicia le será reconocida a todo aquel que, como Abraham, crea en la promesa de Dios. «Mas el justo por la fe vivirá» (Ro 1, 17 y Hab 2, 4, cf. Gá 3, 11). En las epístolas de San Pablo, la justicia de Dios también es poder para aquellos que tienen fe (Ro 1, 17 y 2 Co 5, 21). Él hace de Cristo justicia de Dios para el creyente (2 Co 5, 21). La justificación nos llega a través de Cristo Jesús «a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre» (Ro 3, 2, véase 3, 21-28). «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras...» (Ef 2, 8-9).
11. La justificación es perdón de los pecados (cf. Ro 3, 23-25; Hechos 13, 39 y San Lucas 18, 14), liberación del dominio del pecado y la muerte (Ro 5, 12-21) y de la maldición de la ley (Gá 3, 10-14) y aceptación de la comunión con Dios: ya pero no todavía plenamente en el reino de Dios a venir (Ro 5, 12). Ella nos une a Cristo, a su muerte y resurrección (Ro 6, 5). Se opera cuando acogemos al Espíritu Santo en el bautismo, incorporándonos al cuerpo que es uno (Ro 8, 1-2 y 9-11; y 1 Co 12, 12-13). Todo ello proviene solo de Dios, por la gloria de Cristo y por gracia mediante la fe en «el Evangelio del Hijo de Dios» (Ro 1, 1-3).
12. Los justos viven por la fe que dimana de la palabra de Cristo (Ro 10, 17) y que obra por el amor (Gá 5, 6), que es fruto del Espíritu (Gá 5, 22) pero como los justos son asediados desde dentro y desde fuera por poderes y deseos (Ro 8, 35-39 y Gá 5, 16-21) y sucumben al pecado (1 Jn 1, 8 y 10) deben escuchar una y otra vez las promesas de Dios y confesar sus pecados (1 Jn 1, 9), participar en el cuerpo y en la sangre de Cristo y ser exhortados a vivir con justicia, conforme a la voluntad de Dios. De ahí que el Apóstol diga a los justos «...ocupaos en vuestra salvación por temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Flp 2, 12-13). Pero ello no invalida la buena nueva: «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús» (Ro 8, 1) y en quienes Cristo vive (Gá 2, 20). Por la justicia de Cristo «vino a todos los hombres la justificación que produce vida» (Ro 5, 18).
2. LA DOCTRINA DE LA JUSTIFICACION EN CUANTO PROBLEMA ECUMENICO
13. En el siglo XVI, las divergencias en cuanto a la interpretación y aplicación del mensaje bíblico de la justificación no solo fueron la causa principal de la división de la iglesia occidental, también dieron lugar a las condenas doctrinales. Por lo tanto, una interpretación común de la justificación es indispensable para acabar con esa división. Mediante el enfoque apropiado de estudios bíblicos recientes y recurriendo a métodos modernos de investigación sobre la historia de la teología y los dogmas, el diálogo ecuménico entablado después del Concilio Vaticano II ha permitido llegar a una convergencia notable respecto a la justificación, cuyo fruto es la presente Declaración conjunta que recoge el consenso sobre los planteamientos básicos de la doctrina de la justificación. A la luz de dicho consenso, las respectivas condenas doctrinales del siglo XVI ya no se aplican a los interlocutores de nuestros días.
3. LA INTERPRETACION COMUN DE LA JUSTIFICACION
14. Las iglesias luterana y católica romana han escuchado juntas la buena nueva proclamada en la Sagradas Escrituras. Esta escucha común, junto con las conversaciones teológicas mantenidas en estos últimos años, forjaron una interpretación de la justificación que ambas comparten. Dicha interpretación engloba un consenso sobre los planteamientos básicos que, aun cuando difieran, las explicaciones de las respectivas declaraciones no contradicen.
15. En la fe, juntos tenemos la convicción de que la justificación es obra del Dios trino. El Padre envió a su Hijo al mundo para salvar a los pecadores. Fundamento y postulado de la justificación es la encarnación, muerte y resurrección de Cristo. Por lo tanto, la justificación significa que Cristo es justicia nuestra, en la cual compartimos mediante el Espíritu Santo, conforme con la voluntad del Padre. Juntos confesamos: «Sólo por gracia mediante la fe en Cristo y su obra salvífica y no por algún mérito nuestro, somos aceptados por Dios y recibimos el Espíritu Santo que renueva nuestros corazones, capacitándonos y llamándonos a buenas obras» (11).
16. Todos los seres humanos somos llamados por Dios a la salvación en Cristo. Sólo a través de Él somos justificados cuando recibimos esta salvación en fe. La fe es en sí don de Dios mediante el Espíritu Santo que opera en palabra y sacramento en la comunidad de creyente y que, a la vez, les conduce a la renovación de su vida que Dios habrá de consumar en la vida eterna.
17. También compartimos la convicción de que el mensaje de la justificación nos orienta sobre todo hacia el corazón del testimonio del Nuevo Testamento sobre la acción redentora de Dios en Cristo: nos dice que en cuanto pecadores nuestra nueva vida obedece únicamente al perdón y la misericordia renovadora que de Dios imparte como un don y nosotros recibimos en la fe y nunca por mérito propio cualquiera que éste sea.
18. Por consiguiente, la doctrina de la justificación que recoge y explica este mensaje es algo más que un elemento de la doctrina cristiana y establece un vínculo esencial entre todos los postulados de la fe que han de considerarse internamente relacionados entre sí. Constituye un criterio indispensable que sirve constantemente para orientar hacia Cristo el magisterio y la práctica de nuestras iglesias. Cuando los luteranos resaltan el significado sin parangón de este criterio, no niegan la interrelación y el significado de todos los postulados de la fe. Cuando los católicos se ven ligados por varios criterios, tampoco niegan la función peculiar del mensaje de la justificación. Luteranos y católicos compartimos la meta de confesar a Cristo en quien debemos creer primordialmente por ser el solo mediador (1 Ti 2, 5-6) a través de quien Dios se da a sí mismo en el Espíritu Santo y prodiga sus dones renovadores.
4. EXPLICACION DE LA INTERPRETACION COMUN DE LA JUSTIFICACION
4.1. La impotencia y el pecado humanos respecto a la justificación
19. Juntos confesamos que en lo que atañe a su salvación, el ser humano depende enteramente de la gracia redentora de Dios. La libertad de la cual dispone respecto a las personas y a las cosas de este mundo no es tal respecto a la salvación porque por ser pecador depende del juicio de Dios y es incapaz de volverse hacia él en busca de redención, de merecer su justificación ante Dios o de acceder a la salvación por sus propios medios. La justificación es obra de la sola gracia de Dios. Puesto que católicos y luteranos lo confesamos juntos, es válido decir que:
20. Cuando los católicos afirman que el ser humano «coopera», aceptando la acción justificadora de Dios, consideran que esa aceptación personal es en sí un fruto de la gracia y no una acción que dimana de la innata capacidad humana.
21. Según la enseñanza luterana, el ser humano es incapaz de contribuir a su salvación porque en cuanto pecador se opone activamente a Dios y a su acción redentora. Los luteranos no niegan que una persona pueda rechazar la obra de la gracia, pero aseveran que sólo puede recibir la justificación 'pasivamente', lo que excluye toda posibilidad de contribuir a la propia justificación de negar que el creyente participa plena y personalmente en su fe, que se realiza por la Palabra de Dios.
4.2. La justificación en cuanto perdón del pecado y fuente de justicia
22. Juntos confesamos que la gracia de Dios perdona el pecado del ser humano y, a la vez, lo libera del poder avasallador del pecado, confiriéndole el don de una nueva vida en Cristo. Cuando los seres humanos comparten en Cristo por fe, Dios ya no les imputa sus pecados y mediante el Espíritu Santo les transmite un amor activo. Estos dos elementos del obrar de la gracia de Dios no han de separarse porque los seres humanos están unidos por la fe en Cristo que personifica nuestra justificación (1 Co 1, 30), perdón del pecado y presencia redentora de Dios. Puesto que católicos y luteranos lo confesamos juntos, es válido decir que:
23. Cuando los luteranos ponen el énfasis en que la justicia de Cristo es justicia nuestra, por ello entienden insistir sobre todo en que la justicia ante Dios en Cristo le es garantizada al pecador mediante la declaración de perdón y tan sólo en la unión con Cristo su vida es renovada. Cuando subrayan que la gracia de Dios es amor redentor («el favor de Dios») (12) no por ello niegan la renovación de la vida del cristiano. Más bien quieren decir que la justificación está exenta de la cooperación humana y no depende de los efectos renovadores de vida que surte la gracia en el ser humano.
24. Cuando los católicos hacen hincapié en la renovación de la persona desde dentro al aceptar la gracia impartida al creyente como un don (13), quieren insistir en que la gracia del perdón de Dios siempre conlleva un don de vida nueva que en el Espíritu Santo, se convierte en verdadero amor activo. Por lo tanto, no niegan que el don de la gracia de Dios en la justificación sea independiente de la cooperación humana.
4.3. Justificación por fe y por gracia
25. Juntos confesamos que el pecador es justificado por la fe en la acción salvífica de Dios en Cristo. Por obra del Espíritu Santo en el bautismo, se le concede el don de salvación que sienta las bases de la vida cristiana en su conjunto. Confían en la promesa de la gracia divina por la fe justificadora que es esperanza en Dios y amor por él. Dicha fe es activa en el amor y, entonces, el cristiano no puede ni debe quedarse sin obras, pero todo lo que en el ser humano antecede o sucede al libre don de la fe no es motivo de justificación ni la merece.
26. Según la interpretación luterana, el pecador es justificado sólo por la fe ('sola fide'). Por fe pone su plena confianza en el Creador y Redentor con quien vive en comunión. Dios mismo insufla esa fe, generando tal confianza en su palabra creativa. Porque la obra de Dios es una nueva creación, incide en todas las dimensiones del ser humano, conduciéndolo a una vida de amor y esperanza. En la doctrina de la «justificación por la sola fe» se hace una distinción entre la justificación propiamente dicha y la renovación de la vida que forzosamente proviene de la justificación, sin la cual no existe la fe, pero ello no significa que se separen una y otra. Por consiguiente, se da el fundamento de la renovación de la vida que proviene del amor que Dios otorga al ser humano en la justificación. Justificación y renovación son una en Cristo quien está presente en la fe.
27. En la interpretación católica también se considera que la fe es fundamental en la justificación. Porque sin fe no puede haber justificación. El ser humano es justificado mediante el bautismo en cuanto oyente y creyente de la palabra. La justificación del pecador es perdón de los pecados y volverse justo por la gracia justificadora que nos hace hijos de Dios. En la justificación, el justo recibe de Cristo la fe, la esperanza y el amor, que lo incorporan a la comunión con él (14). Esta nueva relación personal con Dios se funda totalmente en la gracia y depende constantemente de la obra salvífica y creativa de Dios misericordioso que es fiel a sí mismo para que se pueda confiar en él. De ahí que la gracia justificadora no sea nunca una posesión humana a la que se puede apelar ante Dios. La enseñanza católica pone el énfasis en la renovación de la vida por la gracia justificadora; esta renovación en la fe, la esperanza y el amor siempre depende de la gracia insondable de Dios y no contribuye en nada a la justificación de la cual se podría hacer alarde ante Él (Ro 3, 27).
4.4. El pecador justificado
28. Juntos confesamos que en el bautismo, el Espíritu Santo nos hace uno en Cristo, justifica y renueva verdaderamente al ser humano, pero el justificado, a lo largo de toda su vida, debe acudir constantemente a la gracia incondicional y justificadora de Dios. Por estar expuesto, también constantemente, al poder del pecado y a sus ataques apremiantes (cf. Ro 6, 12-14), el ser humano no está eximido de luchar durante toda su vida con la oposición a Dios y la codicia egoísta del viejo Adán (cf. Gá 5, 16 y Ro 7, 7-10). Asimismo, el justificado debe pedir perdón a Dios todos los días, como en el Padrenuestro (Mt 6, 12 y 1 Jn 1, 9), y es el llamado incesantemente a la conversión y la penitencia, y perdonado una y otra vez.
29. Los luteranos entienden que ser cristiano es ser «al mismo tiempo justo y pecador». El creyente es plenamente justo porque Dios le perdona sus pecados mediante la Palabra y el Sacramento, y le concede la justicia de Cristo que él hace suya en la fe. En Cristo, el creyente se vuelve justo ante Dios pero viéndose a sí mismo, reconoce que también sigue siendo totalmente pecador; el pecado sigue viviendo en él (1 Jn 1, 8 y Ro 7, 17-20), porque se torna una y otra vez hacia falsos dioses y no ama a Dios con ese amor íntegro que debería profesar a su Creador (Dt 6, 5 y Mt 22, 36-40). Esta oposición a Dios es en sí un verdadero pecado pero su poder avasallador se quebranta por mérito de Cristo y ya no domina al cristiano porque es dominado por Cristo a quien el justificado está unido por la fe. En esta vida, entonces, el cristiano puede llevar una existencia medianamente justa. A pesar del pecado, el cristiano ya no está separado de Dios porque renace en el diario retorno al bautismo, y a quien ha renacido por el bautismo y el Espíritu Santo, se le perdona ese pecado. De ahí que el pecado ya no conduzca a la condenación y la muerte eterna (15). Por lo tanto, cuando los luteranos dicen que el justificado es también pecador y que su oposición a Dios es un pecado en sí, no niegan que, a pesar de ese pecado, no sean separados de Dios y que dicho pecado sea un pecado «dominado». En estas afirmaciones coinciden con los católicos romanos, a pesar de la diferencia de interpretación del pecado en el justificado.
30. Los católicos mantienen que la gracia impartida por Jesucristo en el bautismo lava de todo aquello que es pecado «propiamente dicho» y que es pasible de «condenación» (Ro 8, 1) (16). Pero de todos modos, en el ser humano queda una propensión (concupiscencia) que proviene del pecado y compele al pecado. Dado que según la convicción católica, el pecado siempre entraña un elemento personal y dado que este elemento no interviene en dicha propensión, los católicos no la consideran pecado propiamente dicho. Por lo tanto, no niegan que esta propensión no corresponda al designio inicial de Dios para la humanidad ni que esté en contradicción con Él y sea un enemigo que hay que combatir a lo largo de toda la vida. Agradecidos por la redención en Cristo, subrayan que esta propensión que se opone a Dios no merece el castigo de la muerte eterna ni aparta de Dios al justificado. Ahora bien, una vez que el ser humano se aparta de Dios por voluntad propia, no basta con que vuelva a observar los mandamientos ya que debe recibir perdón y paz en el Sacramento de la Reconciliación mediante la palabra de perdón que le es dado en virtud de la labor reconciliadora de Dios en Cristo.
4. 5 Ley y Evangelio
31. Juntos confesamos que el ser humano es justificado por la fe en el Evangelio «sin las obras de la Ley» (Ro 3, 28). Cristo cumplió con ella y, por su muerte y resurrección, la superó cuanto medio de salvación. Asimismo, confesamos que los mandamientos de Dios conservan toda su validez para el justificado y que Cristo, mediante su magisterio y ejemplo, expresó la voluntad de Dios que también es norma de conducta para el justificado.
32. Los luteranos declaran que para comprender la justificación es preciso hacer una distinción y establecer un orden entre ley y Evangelio. En teología, ley significa demanda y acusación. Por ser pecadores, a lo largo de la vida de todos los seres humanos, cristianos incluidos, pesa esta acusación que revela su pecado para que mediante la fe en el Evangelio se encomienden sin reservas a la misericordia de Dios en Cristo que es la única que los justifica.
33. Puesto que la ley en cuanto medio de salvación fue cumplida y superada a través del Evangelio, los católicos pueden decir que Cristo no es un «legislador» como lo fue Moisés. Cuando los católicos hacen hincapié en que el justo está obligado a observar los mandamientos de Dios, no por ello niegan que mediante Jesucristo, Dios ha prometido misericordiosamente a sus hijos, la gracia de la vida eterna (18).
4. 6 Certeza de salvación
34. Juntos confesamos que el creyente puede confiar en la misericordia y en las promesas de Dios. A pesar de su propia flaqueza y de las múltiples amenazas que acechan su fe, en virtud de la muerte y resurrección de Cristo puede edificar a partir de la promesa efectiva de la gracia de Dios en la Palabra y el Sacramento y estar seguros de esta gracia.
35. Los reformadores pusieron un énfasis particular en ello: en medio de la tentación, el creyente no debería mirarse a sí mismo sino contemplar únicamente a Cristo y confiar tan sólo en Él. Al confiar en la promesa de Dios, tiene la certeza de su salvación que nunca tendrá mirándose a sí mismo.
36. Los católicos pueden compartir la preocupación de los reformadores por arraigar la fe en la realidad objetiva de la promesa de Cristo, prescindiendo de la propia experiencia y confiando sólo en la Palabra de perdón de Cristo (cf. Mt 16, 19 y 18, 18). Con el Concilio Vaticano II, los católicos declaran: Tener fe es encomendarse plenamente a Dios (19) que nos libera de la oscuridad del pecado y la muerte y nos despierta a la vida eterna (20). Al respecto, cabe señalar que no se puede creer en Dios y, a la vez, considerar que la divina promesa es indigna de confianza. Nadie puede dudar de la misericordia de Dios ni del mérito de Cristo. No obstante, todo ser humano puede interrogarse acerca de su salvación, al constatar sus flaquezas e imperfecciones. Ahora bien, reconociendo sus propios defectos puede tener la certeza de que Dios ha previsto su salvación.
4. 7 Las buenas obras del justificado
37. Juntos confesamos que las buenas obras, una vida cristiana de fe, esperanza y amor, surgen después de la justificación y son fruto de ella. Cuando el justificado vive en Cristo y actúa en la gracia que le fue concedida, en términos bíblicos, produce buen fruto. Dado que el cristiano lucha contra el pecado toda su vida, esta consecuencia de la justificación también es para él un deber que debe cumplir. Por consiguiente, tanto Jesús como los escritos apostólicos amonestan al cristiano a producir las obras del amor.
38. Según la interpretación católica, las buenas obras, posibilitadas por obra y gracia del Espíritu Santo, contribuyen a crecer en gracia para que la justicia de Dios sea preservada y se ahonde la comunión en Cristo. Cuando los católicos afirman el carácter «meritorio» de las buenas obras, por ello entienden que, conforme al testimonio bíblico, se les promete una recompensa en el cielo. Su intención no es cuestionar la índole de esas obras en cuanto don, ni mucho menos negar que la justificación siempre es un don inmerecido de la gracia, sino poner el énfasis en la responsabilidad del ser humano por sus actos.
39. Los luteranos también sustentan el concepto de preservar la gracia y de crecer en gracia y fe, haciendo hincapié en que la justicia en canto ser aceptado por Dios y compartir la justicia de Cristo es siempre completa. Asimismo, declaran que puede haber crecimiento por su incidencia en la vida cristiana. Cuando consideran que las buenas obras del cristiano son frutos y señales de la justificación y no de los propios «méritos», también entienden por ellos que, conforme al Nuevo Testamento, la vida eterna es una «recompensa» inmerecida en el sentido del cumplimiento de la promesa de Dios al creyente.
5. SIGNIFICADO Y ALCANCE DEL CONSENSO LOGRADO
40. La interpretación de la doctrina de la justificación expuesta en la presente declaración demuestra que entre luteranos y católicos hay consenso respecto a los postulados fundamentales de dicha doctrina. A la luz de este consenso, las diferencias restantes de lenguaje, elaboración teológica y énfasis, descritas en los párrafos 18 a 39, son aceptables. Por lo tanto, las diferencias de las explicaciones luterana y católica de la justificación están abiertas unas a otras y no desbarata el consenso relativo a los postulados fundamentales.
41. De ahí que las condenas doctrinales del siglo XVI, por lo menos en lo que atañe a la doctrina de la justificación, se vean con nuevos ojos: las condenas del Concilio de Trento no se aplican al magisterio de las iglesias luteranas expuesto en la presente declaración y, la condenas de las Confesiones Luteranas, no se aplican al magisterio de la Iglesia Católica Romana, expuesto en la presente declaración.
42. Ello no quita seriedad alguna a las condenas relativas a la doctrina de la justificación. Algunas distaban de ser simples futilidades y siguen siendo para nosotros «advertencias saludables» a las cuales debemos atender en nuestro magisterio y práctica (21).
43. Nuestro consenso respecto a los postulados fundamentales de la doctrina de la justificación debe llegar a influir en la vida y el magisterio de nuestras iglesias. Allí se comprobará. Al respecto subsisten cuestiones de mayor o menor importancia que requieren ulterior aclaración, entre ellas, temas tales como: la relación entre la Palabra de Dios y la doctrina de la iglesia, eclesiología, autoridad de la iglesia, ministerio, los sacramentos y la relación entre justificación y ética social. Estamos convencidos de que el consenso que hemos alcanzado sienta sólidas bases para esta aclaración. Las iglesias luteranas y la Iglesia Católica Romana seguirán bregando juntas por profundizar esta interpretación común de la justificación y hacerla fructificar en la vida y el magisterio de las iglesias.
44. Damos gracias al Señor por este paso decisivo en el camino de superar la división de la iglesia. Pedimos al Espíritu Santo que nos siga conduciendo hacia esa unidad visible que es voluntad de Cristo.

(1) Artículos de Esmascalda, II, 1; Libro de concordia, 292.
(2) «Rector et judex super omnia genera doctrinarum» Weimar Edition of Luther's Works (WA), 39, I, 205.
(3) Cabe señalar que las confesiones vinculantes de algunas iglesias luteranas sólo abarcan la Confesión de Ausburgo y el Catecismo menor de Lutero, textos que no contienen condenas acerca de la justificación en relación con la Iglesia católica romana.
(4) «Report of the Joint Lutheran-Roman Catholic Sutdy Comission», publicado en «Growth in Agreement» (Nueva York; Ginebra, 1984) - pp. 168-189.
(5) Publicado por la Federación Luterana Mundial (Ginebra, 1994).
(6) «Lutheran and Catholics in Dialogue VII» (Minneapolis, 1985).
(7) Minneapolis, 1990.
(8) Gemeinsame Stellungnahme der Arnoldshainer Konferenz, der Vereinigten Kirche und des Deutschen Nationalkomitees des Lutherischen Weltbundes zum Dokument "Lehrverurteilungen-kirchentrennend" Ökumenische Rundschau 44 (1995) : 99-102; including the position papers wich underlie this resolution, cf. Lehrverurteilungen im Gespräch, Die ersten offiziellen Stellungnahmen aus den evangelischen Kirchen in Deutschland (Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1993).
(9) En la presente declaración la palabra «iglesia» se utiliza para reflejar las propias interpretaciones de las iglesias participantes sin que se pretenda resolver ninguna de las cuestiones eclesiológicas relativas a dicho término.
(10) Cf. «Malta Report» paras. 26-30 «Justification by Faith», paras. 122-147. At the request of the Us dialogue on justification, the non-Pauline New Testament texts were addressed in «Righteousness in the New Testament», by John Reumann, with responses by Joseph A. Fitzmyer and Jerome D. Quinn (Philadelphia; New York, 1982), pp. 124-180. The results of this study were summarized in the dialogue report «Justification by Faith» in paras. 139-142.
(11) «All Under One Christ» p. 14 in «Growth in Agreement», 241-247.
(12) Cf. WA 8:106; American Edition 32:227.
(13) Cf. DS 1528
(14) Cf. DS 1530
(15) Cf. Apology II: 38-45, Libro de concordia, 105f.
(16) Cf. DS 1515
(17) Cf. DS 1515
(18) Cf. 1545
(19) Cf. DV 5.
(20) Cf. DV 4.
(21) «Condemnations of the Reformation Era», 27.
Nota del traductor: se dejaron en inglés o alemán las notas al pie de página y los documentos de referencia que no se han publicado en español.

ACLARACIONES DE LA SANTA SEDE A LA DECLARACION CONJUNTA
Al presentar el 25 de junio en la Sala de Prensa de la Santa Sede la «Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación», el cardenal Edward I. Cassidy, prefecto del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, ilustró algunas cuestiones del documento que todavía tienen que aclararse para que alcance el acuerdo total por parte de la Santa Sede. El cardenal puso en evidencia que este documento, «sin lugar a dudas, debe ser entendido como un eminente resultado del movimiento ecuménico y como un hito en el camino hacia el restablecimiento de la plena unidad visible entre los discípulos del único Señor y Salvador Jesucristo». El purpurado reveló que por parte católica, el proyecto ha sido examinado principalmente por la Congregación para la Doctrina de la Fe y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Asimismo, aseguró que la Santa Sede ha recibido una considerable ayuda de los comentarios ofrecidos por varias Conferencias Episcopales de países en los que un significativo número de luteranos y católicos viven juntos.
Los límites de la declaración Cassidy explicó que «Al mismo tiempo, la declaración común tiene sus límites. Constituye un importante progreso, pero no pretende resolver todas las cuestiones que luteranos y católicos deben afrontar juntos en el camino que han emprendido para superar su separación y llegar a la plena unidad visible». «La Iglesia católica cree que no se puede hablar aún de un consenso tal que elimine toda diferencia entre católicos y luteranos en la comprensión de la justificación». «Las dificultades principales son las relativas al párrafo 4.4 de la declaración común, sobre la persona justificada como pecadora. (...) La explicación luterana parece en contradicción con la comprensión católica del bautismo, que borra todo lo que puede ser propiamente definido como pecado». «Uno de los puntos más debatidos de la declaración común se refiere a la cuestión tratada en el n. 18, relativa al modo según el cual los luteranos comprenden la justificación, que para ellos constituye el criterio sobre el que se basa la vida y la praxis de la Iglesia (...). También para los católicos, la doctrina de la justificación es 'un criterio indispensable que constantemente orienta hacia Cristo toda la enseñanza y la praxis de nuestras Iglesias'. Los católicos, sin embargo, 'se sienten vinculados por múltiples criterios' y la Nota enumera estos últimos». «Con satisfacción, la Iglesia Católica ha puesto en evidencia que el n. 21 (...) declara que el hombre puede rechazar la gracia; pero hay que afirmar también que, junto a la libertad de rechazar, existe en la persona justificada una nueva capacidad para adherirse a la voluntad divina, una capacidad que --justamente-- se define como 'cooperatio'. Teniendo en cuenta este modo de comprender, y notando también que en el n. 17 luteranos y católicos expresan la convicción común de que la nueva vida proviene de la misericordia divina, y no de un mérito nuestro de cualquier tipo, no se ve bien cómo el término 'mere passive' pueda ser usado a este propósito por los luteranos». «La Iglesia católica mantiene también, junto con los Luteranos, que las buenas obras de la persona justificada son siempre fruto de la gracia. Al mismo tiempo, y sin disminuir mínimamente la total iniciativa divina, ésta (la Iglesia) las considera fruto del hombre justificado e interiormente transformado. Por lo tanto, se puede afirmar que la vida eterna es, al mismo tiempo, gracia y recompensa dada por Dios por las buenas obras y los méritos». «Sería especialmente deseable proceder a una reflexión más profunda sobre el fundamento bíblico que constituye, tanto para los luteranos como para los católicos, la base común de la doctrina de la justificación». «El acto formal de la firma de la declaración común está fijado para el próximo otoño, en una fecha que todavía no se ha establecido y en el marco de las celebraciones por el consenso alcanzado».

 Por Frank Morera

viernes, 30 de diciembre de 2016

Proyecto de evangelización 2017

Con el ánimo de evangelizar de forma didáctica, sencilla y fácil empezamos un proyecto de cortos videos que nos darán claves para entender nuestra fe católica, para defender nuestra madre iglesia.  Pedimos a los católicos que nos apoyen difundiendo y ayudándonos a mejorar cada vez más, hasta hacer lo mejor que podamos, para la mayor gloria de Dios y bien de las almas.

https://www.youtube.com/watch?v=Oulh4dKkpjs
Aquí el link del video introductorio...

viernes, 14 de octubre de 2016

La peligrosa Santería se vuelve cada dia más famosa...

El tema que se compartirá hoy es acerca de un oscurantismo que está prolíferando hoy más que nunca en todo el mundo.  Muchos lo ven como algo normal, incluso perteneciente al dogma cristiano católico, cuando es en realidad un culto al demonio. He aquí el motivo de que algunos hermanos protestantes nos llamen idolatras, pues ellos en medio de su ignorancia confunden este culto satánico de adoración a ciertos personajes (incluso con el mismo nombre o imagen católicos, pero tratándoles como deidades), con la veneración que damos a los santos y en especial a la Santísima Virgen Maria, como obras de Dios que con su vida y testimonio dan mayor gloria a Dios.  Comparto un fragmento de un gran apologeta católico para instruir un poco a aquellos hermanos católicos que aman y defienden nuestra madre Iglesia, y para aquellos hermanos separados que de corazón quieren conocer y amar a Jesús en el único camino que Él mismo indicó.


"ALERTA  FRENTE A LA SANTERÍA

La Santería pretende fingir un culto católico, pero es una forma oculta de idolatría.

La Santería incluye rituales paganos como sacrificios de animales, sesiones adivinatorias, trances por posesión de espíritus malignos, etc. La Biblia prohíbe todas estas prácticas y creencias
(Levítico 19, 26 - Deuteronomio 18, 10-12) Y las prohíbe Dios el Señor, porque hacen daño, no sólo a las personas contra quienes se dirigen los ritos, sino también a los que hacen uso de ellos.

La Santería pretende fingir un culto católico, pero es una forma oculta de idolatría. La Santería incluye rituales paganos como sacrificios de animales, sesiones adivinatorias, trances por posesión de espíritus malignos, etc.

La Santería, muy extendida en toda Latinoamérica, en USA y hasta en Europa, tiene equivalentes con ligeras variantes: el Voodoo, el Macumba, el Shangó, todas las cuales se derivan de ritos tribales africanos.

La palabra "santería" se deriva de "santos", pues el santero invoca a una deidad africana ("orichas") pero finge estar invocando a la Virgen o a un Santo católico.

Surge la Santería al ser trasplantados a América los esclavos negros provenientes de la cultura "yoruba", que traen consigo sus cultos a deidades de la magia africana. Al no querer someterse al cristianismo, camuflaron sus ídolos buscando en las imágenes y estatuas cristianas algunas que se pudieran adecuar a su culto.

Así sucedió, por ejemplo, con Santa Bárbara, virgen y mártir de los comienzos del cristianismo. Su atuendo rojo con espada en la mano -signos de su martirio- ofrecía elementos característicos para "Changó" deidad masculina yoruba. Y esto mismo han hecho con cada una de las deidades de los ritos yorubas: "Ochún", deidad africana que es la mujer sensual, dueña del agua dulce, de color amarillo, se asocia a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, la Santísima Virgen Patrona de Cuba. Las fiestas de las deidades yorubas las han hecho coincidir con los días que el calendario litúrgico católico dedica a los santos que ha tomado de pantalla para sus ritos paganos la Santería.

En realidad los santeros siguen haciendo lo mismo que sus antecesores yorubas: fingiendo un culto católico, pero en realidad están rindiendo culto a ídolos. Las citas contra la idolatría son numerosísimas en la Biblia desde el comienzo en Levítico 19, 4 hasta el Apocalipsis 2, 14, en donde incluso se reprocha el comer "carnes sacrificadas a ídolos".

¿Qué medios utilizan y qué fines persiguen, entonces, la Santería, el Voodoo, el Macumba? Los fines de estos rituales paganos, en los que se dan ofrendas a los espíritus -que van desde comida hasta sacrificios de animales- danzas, tamboreras, sesiones adivinatorias y hasta trances por posesión de espíritus malignos, son los mismos que los de cualquier otro de los métodos de magia: el logro de éxitos materiales y sabiduría extra-natural, sanaciones, venganzas con daños físicos a personas, etc. Algunas de las prácticas del Voodoo van dirigidas a lograr efectos psicológicos dañinos en las víctimas.

La Santería aparenta ser cónsona con el Catolicismo e inocua para quienes la practican. Pero la Biblia prohíbe todas estas prácticas y creencias, según leemos en Levítico 19, 26; Deuteronomio 18, 10-12; Gálatas 5, 20-21. Y las prohíbe el Señor, no porque sean irreales, sino porque además de hacer daño no sólo a terceros, sino también a quienes las practican y a quienes hacen uso de ellas, los desvían del culto debido al Unico y Verdadero Dios, Creador y Redentor nuestro."   Frank Morera


En conclusión un católico no sólo no practica santería, sino que la aborrece como cualquier otra cosa que  disguste a Dios. Por tanto hermanos el llamado es a estar alertas, velando en todo momento, pues el demonio está como león rugiente buscando a quien devorar.

jueves, 30 de junio de 2016

Respondiendo a un hermano protestante que dice que "Constantino fundó la Iglesia Católica"



En su libro  “America en la Profecía” la autora del mismo y creadora del
Adventismo moderno, Ellen G.  Whitte nos dice en el Prefacio, pag 11
      “Al revelarme el Espíritu de Dios las grandes verdades
       de su Palabra y las escenas del pasado y de lo porvenir
       se me ordeno hacer un bosquejo de la Historia de la lu-
      cha en las edades pasadas”

En este libro de características proféticas (según la autora declara) ella nos dice en  el Capitulo 3, pagina 50:

         “ A principios del siglo IV el emperador Constantino
           expidió un decreto que hacia del Domingo un día de
           fiesta publica en todo el imperio Romano.El día del
          sol fue reverenciado por sus súbditos paganos y hon-
         rado por los cristianos

Al igual que la señora White todos los Protestantes han atacado a Constantino y lo han acusado de corromper a la Iglesia, haciendo de ella la religión oficial del Imperio Romano, claro  que la señora White no es fiable como profeta ya que en el mismo libro “América en la Profecía” dice en las paginas 201, 208 y 209  que en el siglo venidero ( Siglo XX o XXI) las Iglesias Protestantes se unirian a la Iglesia católica y el catolicismo junto con los fieles ganados del protestantismo y el gobierno harían del Domingo un día obligatorio de descanso para todos y perseguirán a los que no lo observaran. Como profeta le fue muy mal pues a ocurrido todo lo contrario, cada día se observa menos el Domingo por el estado y el protestantismo cada día se aleja mas de la Iglesia Católica.

Por que este odio a Constantino? Cual es la verdad historia de este hombre que se le ha acusado nada menos que de ser el fundador de la Iglesia Católica?
Constantino fue el hijo de Constancio Cloro, gobernador de Bretaña, Galia y España como Cesar y de Helena, mujer piadosa y profundamente cristiana.
A la muerte de su padre en el año 306 Constantino es aclamado como Cesar en York, Gran Bretaña, no llego a ser emperador único hasta que venció al ultimo de sus rivales, Licinio, en el año 323.
Su relación con el Cristianismo no estuvo clara hasta el año 312 cuando en su marcha hacia Roma para dar la batalla definitiva por la supremacía del  imperio contra su rival Magencio tuvo una visión en el cielo de una Cruz con estas palabras “en este signo venceras”.Constantino venció a Magencio en el puente Milvio cerca de Roma con una tropa muy inferior al numero de su oponente que habia confiado en los oráculos paganos de que ganaría la batalla. En el año 313 Constantino y Licinio acuerdan en Milán asegurar la tolerancia hacia los Cristianos, acto conocido como el Edicto de Milán aunque en realidad fue firmado en el Asia Menor. Este edicto terminaba la persecución de los Cristianos por el estado y es el que ha dado la pauta a personas sin ningún conocimiento histórico a decir que Constantino fundo la Iglesia Católica. Que decía este edicto?
El Edicto de Milán redactado por Constantino y Licinio en Milán y firmado en Nicomedia en junio del 313 decía en parte así:

“ Durante largo tiempo ha sido nuestra intención que no solo no se negase la libertad de culto sino que todos tengan el derecho a practicar su religión
tal como la elija.Por tanto, hemos dado ordenes de que tanto a cristianos
como a todos los demás se le permita guardar la fe de su propio culto…
..a cerca de los Cristianos que se elimine todo aquello que pareciera injustificado o extraño a nuestra clemencia, y que de ahora en adelante todo
aquel que desee observar la forma cristiana de culto  le sea permitido hacerlo sin obstáculo alguno . Tu dedicación comprenderá que el permiso se ha dado también a otros que deseen seguir sus propias observancias  y forma de culto, para que cada uno pueda tener potestad para escoger y practicar cualquier forma que escoja. Esto lo hemos hecho para que no parezca que hemos menospreciado ningún rito ni forma de culto en manera alguna.”
Que ha sucedido? Hagamos un poco de historia. El imperio Romano fue por naturaleza propia tolerante con toda forma de culto y de adoración, fue política imperial traer el culto y los dioses de los vencidos y hacerlos parte de Roma.En el imperio florecía los cultos Egipcios, persas, Babilonios, griegos y Judío junto a la religión oficial de Roma e inclusive un culto al emperador. Que sucedió que el cristianismo fue tan cruelmente combatido? Por que tuvieron   que morir decena  de miles de hombres  mujeres y niños por proclamar su Fe ? La respuesta es sencilla, los demás cultos eran sincréticos y se fundían unos con otros, el Cristianismo solo aceptaba el Dios de Jesús. Los demás cultos efectuaban cada año sin problemas de conciencia ninguno la adoración exigida de todo ciudadano al Cesar al quemar incienso delante de una estatua del emperador y recitar “Cesar es Señor” los cristianos se negaban y aducían que “solo Jesús es Señor”, el estado, la religión oficial y la sociedad se sintió amenazada por esta nueva Fe. Al Cristianismo se le persiguió de forma aterradora, en el 303 (tres siglos después de la Ascensión de Jesús) comenzó la persecución mas severa que la Fe Cristiana habia experimentado hasta el momento, esta ocurrió bajo el Emperador Dioclesano y esta abarco a todo el imperio, desde Gran Bretaña hasta el oriente los cristianos fueron  echado a las fieras, quemados vivos, torturados, exterminados en masas,ciudades enteras fueron rodeada por los soldados imperiales y incendiadas con todos sus habitantes cristianos dentro.
Constantino detuvo este horror y proclamo algo parecido a lo que todo el  mundo reclama hoy y que es parte de la Declaración de los Derechos Humanos, libertad religiosa y de conciencia para todos. Por que el Odio a Constantino? Cuales son las principales inculpaciones y como contestarlas?

1)  Constantino declaro al Catolicismo Religión oficial del estado y así  comenzó  la decadencia de la Fe Cristiana.
FALSO.  El historiador Kenneth Scott Latourette en su libro “Historia de la Iglesia” Editado por “Casa Bautista de Publicaciones” y en la pagina 132 dice: “La política de Constantino fue de tolerancia.El NO HIZO DEL CRISTIANISMO LA RELIGION UNICA DEL ESTADO. Esto habría de suceder mas tarde bajo el dominio de emperadores posteriores.El continuo apoyando tanto al paganismo como al cristianismo. Como vimos anteriormente en el extracto del Edicto de Milán se proclamaba la libertad de culto.

2) Constantino hizo del Domingo el día de adoración oficial del imperio
FALSO. El mismo historiador protestante Kenneth S. Laturette nos dice en la pagina 132 de su libro “Historia del Cristianismo” Editado por “Casa Bautista de Publicaciones” lo siguiente: “ El día de descanso de los cristianos fue por decreto puesto en la misma posición legal que los días de fiestas paganos.

3) Constantino realzo el poder de Roma como centro de la Iglesia católica.
FALSO. Es mas hizo lo contrario, traslado la capital del Imperio a Bizancio, mas tarde conocida como Constantinopla haciendo de Roma una ciudad de segundo orden.Utilizo todo su poder político  para que el Obispo de Roma se trasladara a su nueva capital, cosa que el Papa no hizo y que siglos mas tarde daría pie a la primera división de la Iglesia en la Ortodoxa y la Latina.
4. Constatino presidía los concilios.
FALSO. Según los estatutos del Imperio solo el Emperador podía llamar a una reunión de tal magnitud donde se abarcara en Imperio en toda su extencion.Preocupado por la falta de cohesión de la Doctrina Cristiana y por las luchas intestinas de los diferentes grupos llamo a varios Concilio entre ellos el de Arles y el de Nicea, donde dijo las palabras iniciales y después se retiro dejando a los Obispos con el Nuncio del Papa Silvestre. Nuestra Doctrina y el Credo de Nicea que es la Fe de la Mayoría de las Denominaciones  Cristianas surgieron de este Concilio, si fuera como dicen los Protestantes toda la Doctrina Cristiana, inclusive la de ellos, estubiera totalmente viciada.

Constantino murio en el año 337 poco después de recibir el Bautismo.Quien fue Constantino? La mayoría de los historiadores serios están de acuerdo en afirmar que la conversión de Constantino fue sincera, su madre fue una santa mujer con una Fe firme y sincera en Cristo, una vez con todo el poder imperial hizo tantos favores a los cristianos que no se pueden abarcar en estas
pocas paginas, restauro las propiedades de culto cristianos desbastadas por las  persecuciones, edifico grandes basílicas en el Monte de los Olivos, en Belén, sobre el Santo Sepulcro, sobre la tumba de Pedro, apoyo las caridades cristianas, fortaleció la institución del Matrimonio totalmente desacreditada en Roma, condeno la adivinación, prohibió el combate de Gladiadores y la crucifixión, fue un laico católico comprometido con la pureza de la Fe, para eso convoco varios concilios en calidad de representante máximo del imperio, advirtió a los otros emperadores que no persiguieran a los cristianos.El historiador también protestante, Dr. Timothy D. Barnes, en su  libro “Constantino y Eusebio” en la pagina 275 dice:

Después del 312 Constantino considero que su principal deber como emperador era inculcar en sus súbditos la virtud y persuadirles para que adoraran a Dios…”

Si nos quedara alguna duda podemos ver en su mejor obra, sus hijos, que legado dejo.Dice Kenneth Laturrette en la pagina 133 de su “Historia  de la Iglesia, pag 133:

“ Los tres hijos de Constantino que sucesivamente le siguieron en el trono, apoyaron de una manera mas decidida la Fe Cristiana, que como lo hizo su padre. El tercero, Constancio,mando que “cesara la superstición y que la locura de los sacrificios fueran abolidas y quito del senado la estatua de la diosa Victoria.Mando que fueran cerrados los templos paganos,las procesiones y sus fiestas”

Decididamente Constantino termino la cruenta persecución de los Cristianos y les dio un estatus igualitario en cuanto a las demás religiones del imperio.

Como era esta Iglesia que emergió de las Catacumbas y que sobrevivió la terrible persecución?

Características de la Iglesia que emerge protegida por el Edicto de Milán:

a) Que culto celebraba la Iglesia antes de Constantino y que este ya encontró      
     organizada?

No era un culto de pandereta y milagros espectaculares, dejemos que sea el Obispo Ignacio de Antioquía en su Carta a la Iglesia de Filadelfia en el año 107 DC:

    “poned pues todo ahínco en usar de una sola Eucaristía; porque una
     sola es la carne de Nuestro Señor Jesucristo y un solo cáliz para unir-
     nos con su Sangre. Un solo Altar así como no hay mas que un solo O-
     bispo , junto a los Presbíteros y Diáconos consiervos míos”

B) Como era esta Eucaristía? Dejemos que sea el Mártir Justino quien nos la
    describa en el año 155 DC en su carta al emperador Antonino   Pío. 
    Cualquier parecido a nuestra misa 1845 años después NO es coincidencia.

    “ El día que ustedes llaman “día del sol” tiene lugar la reunión en un          
      mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo.
      Se leen las memorias de los Apóstoles y los Escritos de los Profetas
     cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para
     incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas. (esta es nuestra
    actual liturgia de la Palabra)
    Luego nos levantamos y oramos por nosotros y por todos los demás
      donde quiera que estén a fin de que seamos hallados justos en
      nuestra vida y nuestras acciones y seamos fieles a los manda-
     mientos para alcanzar la salvación eterna (nuestra oración de los
    fieles hoy)
    Luego se lleva la que preside pan y una copa con vino y agua
   mezclado.El que preside los toma y eleva alabanzas y gloria al
   Padre del Universo por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo
   y da gracias largamente porque hallamos sido juzgados dignos
  de estos dones (esta es nuestro ofertorio y la  liturgia Eucarística)
  Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo ha
  dicho Amen, los que entre nosotros se llaman Diáconos distribuyen
  todos los que están presente este pan y vino Eucaritizados. (Nuestra
  Comunión)
   Porque no tomamos estos alimentos como si fueran un pan o una
  bebida común, sino que así como Cristo, Nuestro Salvador se hizo
  carne y sangre a causa de nuestra salvación, dela misma manera
  hemos aprendido que el que recita la Acción de Gracias  (Eucaristía)
  que contiene las palabras de Jesús y que con que se alimenta y trans-
  forma nuestra sangre y nuestra carne es precisamente la carne y la
  sangre de aquel mismo Jesús que se encarno.

Como vemos los cristianos del Siglo II celebraban ya la Eucaristía tal
como la celebra la Iglesia hoy.

c) Como estaba estructurada esta Iglesia que salió de las Catacumbas?

    Estudiemos lo que nos dice el Obispo Ignacio de Antioquía en su Carta
    a los Tralianos, año 107

    ”Ahora que por vuestra parte todos habéis también de respetar
     a los Diáconos como a Jesucristo, lo mismo digo del Obispo que
    es prefigura del Padre y de los Presbíteros que representan el
    Senado de Dios y el Colegio de los Apóstoles si quitan esto NO  HAY IGLESIA”

Como vemos era una Iglesia estructurada tal como hoy esta estructurada
la Iglesia Católica.     


d) Que día guardaban los Cristianos de la Iglesia de la persecución?

     El mismo Obispo Ignacio de Antioquía nos lo relata en su carta a la
     Comunidad de Magnesia y ya vimos el testimonio de Justino Mártir
    en el inciso “b”

    “Ahora bien, si los que se habían criado en el antiguo orden de
     cosas vinieron a la novedad de la esperanza no guardando ya el
    sábado sino viviendo el Domingo, día en que amaneció nuestra vida”

Como vemos la Iglesia de la Prececusión ya guardaba desde el Siglo II
el Domingo como día de Adoración.

d) Que nombre se le daba a la Iglesia de los Mártires que vivió la 
     persecución?

     El Obispo Ignacio de Antioquía es quien le da el nombre, recordemos
     que el nombre de Cristianos también se le dio por primera vez en esta
     ciudad. En su Carta a la Iglesia de Esmirna, año 107 se utiliza el nombre
     por primera vez y que mas tarde quedara como nombre propio.

    “Donde quiera que esta el Obispo, allí este la muchedumbre,
      de modo que donde este Jesucristo, este la Iglesia Católica
     Sin el permiso del Obispo no les es licito celebrar la Eucaristía”

Vemos que a la Iglesia del siglo II ya se le conocía como Iglesia Católica
  tal como se le conoce hoy.

e) Quien era la fuente de autoridad de esta Iglesia que Constantino libero
    de la persecución y la muerte?

   En el año 95 estallo una gran disputa en la Iglesia de Corinto que ya Pablo
   la veia venir en sus epistolares necesario recalcar que la Iglesia de Corin-
   tos esta en territorio Griego y que en esos años vivía en Efeso, muy cerca
   de Corinto el Apóstol Juan, el amado del Señor.Los Corintios en contra de
   toda lógica en vez de acudir a la autoridad del ultimo Apóstol vivo se re-
   miten al Obispo de Roma, un Obispo extranjero y aceptan su decisión
   terminando el cisma tan pronto llega la respuesta del Papa Clemente de
   cuya carta a los Corintios extraemos un párrafo, véase con que autoridad
   escribe Clemente en el año 99 DC

     “ Les escribimos para amonestarlos, ustedes los que fueron causa
       de sedición sometance a sus Presbíteros y reciban su corrección con
       arrepentimiento.Mas si alguno desobedeciere las amonestaciones
       que yo les envío, sepan que se harán reos de un gran pecado y se
       expondrán a un gran peligro”

    Confirmando este tema les expongo un fragmento de la carta del Papa
    Cornelio I a el Obispo Fabio de Antioquía fechada en el  año 251

    “Así pues no sabias que en una Iglesia Católica solo debe haber un
     Obispo al frente de la comunión?”

Como queda demostrado en la Iglesia que existía antes de Constantino
el orden lo tenia el Obispo  de Roma.

QUE REACCION TUVIERON LOS  CRISTIANOS AL EDICTO
DE MILAN Y A CONSTANTINO

El primer historiador de la Iglesia, el Obispo Eusebio de Cesarea nos escribe sobre el año 316 lo siguiente:

     “Las gentes perdieron ahora el temor de sus anteriores opresores
       y celebraron brillantes festejos. Resplandecía la luz por doquier
       y los hombres que antes andaban decaídos se saludaban ahora con
      rostros sonrientes y ojos gozosos.Con danzas y cánticos en la ciudad
      y en el campo, daban honor  primero al Dios supremo, como habían
      sido instruidos, y luego al piadoso emperador y a sus hijos,amados
      por Dios. Se olvidaron las antiguas angustias, se desvaneció toda
     impiedad; se gozaba de las bondades presentes y se anticipaba las del
     porvenir”

Por este escrito emocionante vemos la alegría del pueblo cristiano por haber
sido rescatados de la muerte y de la persecución por Constantino.Hubiera
querido ver a los que hoy acusan al Emperador en esa epoca..se disgustarían
al saber que sus hijos ya no van a ser pastos de las fieras? Es muy fácil hacer
un juicio 1700 años  después sin conocimientos históricos y llevados por los
prejuicios y la información manipulada.

En su libro numero 10, Eusebio nos narra sus consideraciones sobre las
medidas de Constantino, dejemos hablar al Obispo de Cesarea:


     “Por ello cantare ahora el nuevo cántico, porque después de
       aquellas sombrías y horrendas escenas y narraciones (el martirio)
      he tenido el privilegio de ver y celebrar lo que muchos justos
      y mártires de Dios antes que yo desearon ver y no vieron, quisieron
      oír y no oyeron. Me encuentro absolutamente atónito ante la magnitud
      de la Gracia que nos ha dado y le ofrezco toda mi maravilla y ado-
      racion. A partir de ahora resplandeció sobre la Iglesia de Cristo
      por todo el mundo, un día sin nubes, radiante y bañado de rayos de
      luz celestial . De modo que los hombres quedaron libre de la opre-
     sion del tirano  y rescatados de sus antiguas desgracias, reconocieron
     en diversas maneras que el Defensor de los piadosos era el Dios uni-
     co y verdadero.Pero especialmente nosotros, los que habíamos espe-
    rado en Cristo, teníamos una dicha inenarrable al ver lugares que poco
    antes habían sido desbastados y que ahora revivían  y como los templos
    volvían a levantarse desde sus cimientos a grandes alturas.
    Luego vino el espectáculo por el que todos habíamos orado y anhelado
   fiestas de dedicación en las ciudades y consagración de las nuevas casas
   de culto, conferencias de Obispos y unidad entre los miembros del
   Cuerpo de Cristo.Habia un poder del Espíritu divino infundido en todos
   sus miembros mientras los sacerdotes ordenados observaban lo sagra-
   dos ritos de la Iglesia cantando salmos y ministrando el Culto Divino
   todo bajo el símbolo de la Pasión del Salvador. Varones y mujeres
    daban gloria a Dios, el autor de su felicidad con todo el Corazón”

Finalmente tenemos este dato como resumen:

El Edicto de Milán (en latín, Edictum Mediolanense), conocido también como La tolerancia del cristianismo, fue promulgado durante su gobierno en Milán en el año 313. En el momento de la promulgación del edicto, existían en el Imperio cerca de 1.500 sedes episcopales y ya habían pasado nada más y nada menos que 33 PAPAS :
1.-San Pedro (Simón Bar Jona)2.- San Lino, Toscana, (67-76).3.- San Anacleto (Cleto), Roma (76-88)4.- San Clemente I (88-97)5.- San Evaristo, Grecia, (97-105) 6.- San Alejandro I, Roma, (105-115)7.- San Sixto I, Roma (115-125)8.- San Telésforo, Grecia, (125-136)9.- San Iginio, Grecia, (136-140)10.- San Pío I,Aquileia, (140-155)11.- San Aniceto, Siria, (155-166)12.- San Sotero, Campania, (166-175)13.- San Eleuterio, Grecia, (175-189)14.- San Víctor I Africa (189-199) 15.- San Ceferino (199-217)16.- San Calixto I, (217-222)17.- San Urbano I (222-230)18.- San Ponciano (230-235)19.- San Anterus (Grecia) (235)20.- San Fabian (236-250)21.- San Cornelio (251-253)22.- San Lucio I (253-254)23.- San Esteban I (254-257)24.- San Sixto II (Grecia) (257-258)25.- San Dionisio (259-268) 26.- San Felix I (269-274)27.- San Eutiquiano (275-283)28.- San Cayo (Dalmacia) (283-296)29.- San Marcelino (296-304)30.- San Marcelo I (308-309)31.- San Eusebio, Grecia (309-309)32.- San Melquiades o Miltiades, Africa (311-314)33.- San Silvestre I (314-335)

Como ven la Iglesia Catolica y Apostolica existía tres siglos antes de el Emperador Constantino, tenemos los datos y fechas que dan históricamente constancia de esta absoluta verdad.

El Emperador Constantino no fue un santo, la Iglesia que canonizo a su madre Santa Helena (su madre), jamas intento hacer lo mismo con su hijo a pesar de todo lo que el hizo por ella, como hombre tuvo aciertos y errores, pero esta es la obra de Constantino, quien se atreverá a criticarla después de oír a la Iglesia que sufrió y permaneció fiel?

Para los que condenan a Constantino llevados por el odio a la Iglesia
Apostólica  les recuerdo el pensamiento de Marco Aurelio:

          “quien comete injusticia se hace daño a si mismo”

Tengan Paz+

Fuente: Frank Morera


Como comentario, así se habla de un hecho histórico con bases, y no palabrería absurda que no tiene fundamento ni es demostrable, sino sólo malintencionado y absurdo.

jueves, 19 de mayo de 2016

Cómo hice para que los católicos abandonaran su Iglesia.... testimonio de un ex-protestante


 por: STEVE WOOD

Fui protestante durante veinte años antes de convertirme al catolicismo. Hice que muchas personas abandonaran la Iglesia Católica. Mi fórmula para lograr que los católicos dejaran la Iglesia en general estaba conformada por tres pasos.


PASO 1:
Lograr que los católicos tengan una experiencia de conversión en un entorno protestante.

Muchas iglesias fundamentalistas, evangélicas y carismáticas tienen programas dinámicos para los jóvenes, intensos oficios religiosos todos los miércoles y domingos por la tarde y simpáticos pequeños grupos de estudios bíblicos. Además, patrocinan cruzadas, seminarios y conciertos especiales. Los católicos, invitados por un amigo protestante, pueden asistir a uno o más de estos eventos sin dejar de participar de las Misas de los domingos en su parroquia local.
La mayoría de los oficios protestantes proclama una simple doctrina: arrepiéntanse de sus pecados y sigan a Cristo en la fe. Además, hacen hincapié en la importancia de una relación personal con Jesús y en la recompensa de una vida eterna. La mayoría de los católicos que asisten a estos oficios no está acostumbrada a escuchar semejantes desafíos directos de abandonar el pecado y seguir a Cristo. En consecuencia, muchos católicos experimentan una genuina conversión.
Vale decir que deberíamos elogiar a los protestantes por el fervor que ponen para promover las conversiones. Los líderes católicos deben multiplicar las oportunidades para que la gente se convierta en un entorno católico. La razón es sencilla: aproximadamente cinco de cada diez personas adoptan las creencias de la confesión en la que experimentaron su conversión. Este porcentaje es incluso mayor para los que tienen conversiones profundas o experiencias carismáticas gracias a los protestantes. (Créanme que lo sé muy bien; me gradué en un colegio de la Asamblea de Dios y fui ministro de la juventud en dos iglesias carismáticas).
Los pastores, evangélicos, líderes de juventud y ministros laicos protestantes son plenamente conscientes de que las experiencias de conversión en entornos protestantes suelen provocar la adhesión a la fe y a la iglesia protestante. ¿Por qué hay tantos líderes católicos que no se percatan de esto? ¿Por qué son tan indiferentes a un proceso que se ha llevado a cientos de miles de católicos de la Iglesia?


PASO 2:
Darle a la conversión una interpretación protestante.

La conversión genuina es una de las experiencias más preciosas de la vida, equiparable al matrimonio o al nacimiento de un hijo. La conversión despierta una profunda hambre de Dios. Los ministros protestantes efectivos capacitan a sus trabajadores para que den seguimiento a este vivo deseo espiritual.
Antes de una cruzada en un estadio, les daba a los trabajadores de seguimiento un curso de capacitación de seis semanas. Les mostraba cómo presentar una interpretación protestante de la experiencia de la conversión haciendo uso selectivo de los versículos de la biblia.
La cita elegida era, por supuesto, Juan 3, 3, el versículo sobre “nacer de nuevo”: “Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios»”.
Utilizaba la técnica “touch and go” (toca y sigue) similar a la que se utiliza en el entrenamiento de pilotos para aterrizajes y despegues. Tocábamos brevemente Juan 3, 3 para demostrar que era necesario nacer de nuevo para alcanzar la vida eterna. Luego describía la conversión en términos de nacer de nuevo. Hacíamos un rápido despegue antes de leer Juan 3, 5 que hace hincapié en la necesidad de nacer “del agua y del Espíritu”. Nunca les decía que durante 20 siglos las Iglesias ortodoxas y católicas, haciéndose eco de la enseñanza unánime de los padres de la Iglesia, ¡entendían que este pasaje se refería al sacramento del bautismo! Y obviamente nunca traía a colación la cita de Tito 3, 5 (“Nos ha salvado… mediante el bautismo regenerador y la renovación del Espíritu Santo”) como referencia paralela a Juan 3, 5.
Según mi experiencia como protestante, todos los católicos que tuvieron una conversión en un entorno protestante carecían de una sólida comprensión de su fe católica.
En veinte años de ministerio protestante, nunca conocí a un católico que supiese que Juan 3, 3-8 describe el sacramento del bautismo. No fue muy difícil convencerlos de que ignoraran los sacramentos y al mismo tiempo a la Iglesia que hacía hincapié en los mismos.
El libro de Proverbios dice: “Parece justo el primero que pelea; mas llega su contendiente y lo pone al descubierto” (18, 17). Los católicos que no cuentan con una base bíblica para sus creencias nunca llegan a escuchar “el resto de la historia”. Mi uso selectivo de las escrituras hacía que la perspectiva protestante pareciera a todas luces segura. Con el transcurso del tiempo, este enfoque unilateral de las escrituras hizo que los católicos rechazaran su fe católica.



PASO 3:
Acusar a la Iglesia Católica de negar la salvación por la gracia.

Los católicos muchas veces consideran que los protestantes que hacen proselitismo son intolerantes, cerrados o que están llenos de prejuicios. Esto es injusto e impreciso; una caridad profunda vigoriza su fervor equivocado.
Hubo una sola razón por la que hice que los católicos dejaran su Iglesia: pensaba que iban camino al infierno. Creía, por error, que la Iglesia Católica negaba que la salvación fuera por la gracia; sabía que cualquiera que creyera esto no se ganaría el Cielo. Trabajé sin parar hasta convertirlos movido por el amor a sus almas inmortales.
Utilicé Efesios 2, 8-9 para convencer a los católicos de que era imprescindible que abandonaran la Iglesia:
Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe.
Primero decía “la Biblia indica que la salvación es por la gracia y no por las obras. ¿Correcto?” La respuesta siempre era sí. Luego les decía “la Iglesia Católica enseña que la salvación es por las obras. ¿Correcto?” (Nunca conocí a un católico que no dijera que sí. Absolutamente todos los católicos que conocí durante mis veinte años de ministerio confirmaron mi error de que el catolicismo enseñaba que la salvación era por las obras y no por la gracia). Finalmente, les decía que “la Iglesia Católica está llevando a sus fieles al infierno cuando niegan que la salvación es por la gracia. Será mejor que formen parte de una iglesia que enseñe cual es el verdadero camino al cielo”.
Como además hacía una reseña veloz del libro de Efesios, muy pocas veces cité el versículo 10 que dice “En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos”. Presten mucha atención a los evangélicos que predican en estadios, en la televisión y en la radio. Nueve de diez veces hacen hincapié en Efesios 2, 8-9, pero NUNCA mencionan el versículo 10.
No somos esclavos que se esfuerzan vanamente por ganar la salvación haciendo “obras de la ley” (Ef. 2, 8-9). Así, como hijos de Dios, estamos inspirados y fortalecidos por el Espíritu Santo para hacer “obras buenas” mientras cooperamos con nuestro Padre del Cielo para extender el reino de Dios (Ef. 2, 10). El catolicismo enseña y cree en el mensaje completo de Efesios 2, 8-10, sin equívocos ni abreviando la verdad.
Durante veinte siglos la Iglesia Católica enseñó fielmente que la salvación es por la gracia. Pedro, el primer Papa, dijo “Nosotros creemos más bien que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús” (Hch 15, 11). El Catecismo de la Iglesia Católica, completamente refrendado por el Papa Juan Pablo II, dice, “Nuestra justificación es obra de la gracia de Dios” (número 1996).
El protestantismo comenzó cuando Martín Lutero declaró que somos justificados (considerados rectos) sólo por la fe. Cuando trataba de que los católicos abandonaran la Iglesia, no me daba cuenta de que Martín Lutero agregó la palabra “sólo” a su traducción de Romanos 3,28 a los efectos de probar su doctrina. (La palabra “sólo” no se encuentra en ninguna traducción protestante contemporánea al inglés del versículo Romanos 3, 28). No me di cuenta de que el único lugar en la biblia en que se hace mención a “fe solamente” en el contexto de la salvación es en Santiago 2, 24, en el que la idea de la fe solamente se refuta explícitamente: “Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente”. Este versículo era perturbador, pero lo ignoré o lo tergiversé para que significara otra cosa que lo que el versículo y su contexto enseñaban claramente.
—¿Los católicos deben participar en eventos protestantes?
No tengo inconveniente de que los católicos participen en eventos orientados al protestantismo y actividades ecuménicas valiosas siempre que:
· tengan una sólida comprensión de su fe católica.
· conozcan su fe lo suficientemente bien como para manifestársela a un no católico a través de las escrituras y los padres de la Iglesia.
· tengan la madurez suficiente para darse cuenta de que la presencia más profunda de Cristo no se encuentra necesariamente en un ambiente con demasiado ruido y gran emoción, sino que en momentos tranquilos como en la adoración a la Eucaristía (ver 1 R 19, 11-12).
Desafortunadamente, la mayoría de los hombres y mujeres católicos nacidos después de la Segunda Guerra Mundial no cumplen con dichas condiciones. Para ellos, asistir a funciones protestantes podría significar abrir una puerta que los llevará directo a un camino fuera de la Iglesia Católica.
Hoy en día hay miles de hombres y mujeres católicos a punto de dejar la única Iglesia por la que Cristo dio la vida. Hace poco escuché que un grupo de hombres católicos decidió no consultar el Catecismo de la Iglesia Católica en su reducido grupo de estudio de la biblia, por considerar que las Sagradas Escrituras eran suficientes. Tres de estos hombres sostuvieron que ya no creían en la verdadera presencia de Cristo en la Eucaristía. Con mi experiencia puedo saber hacia donde se dirige este grupo: directamente a un camino que los alejará de la Iglesia Católica.
Durante las tres décadas pasadas, miles de católicos dejaron la Iglesia por las pasturas protestantes. La iglesia más grande de Estados Unidos es la Iglesia Católica; el segundo grupo más importante de cristianos en Estados Unidos es el de los ex-católicos. El movimiento de hombres católicos tiene la solemne obligación de ayudar a los hombres a descubrir las raíces bíblicas e históricas de su fe católica. Entonces, en vez de abandonar la Iglesia, se volverán instrumentos para ayudar a otros a descubrir los tesoros del catolicismo.
Recuerden que un hombre que deja la Iglesia muchas veces llevará también con él a su familia – por generaciones y generaciones. Le llevó cuatrocientos años — 10 generaciones — a mi familia regresar a la Iglesia después de que una generación de mis antepasados en Noruega, Inglaterra, Alemania y Escocia decidiera abandonar la Iglesia Católica.
Como una persona cuya familia hizo el camino de regreso al catolicismo, permítanme hacerles una súplica personal a los hombres católicos, especialmente a los líderes de diversos grupos de hombres católicos: no coloquen a católicos sin formación en un entorno protestante. Pueden ganar experiencia religiosa en el corto plazo, pero corren el riesgo a largo plazo de perder la fe. Sería sumamente irresponsable exponerlos al protestantismo antes de exponerlos completamente al catolicismo.
En el funeral de mi padre veintinueve años atrás, canté, lleno de lágrimas, su himno favorito, “Faith of Our Fathers” (La fe de nuestros padres). Ni mi padre, el hijo de un ministro, ni yo caímos en la cuenta de que la verdadera fe de nuestros antepasados fue el catolicismo romano. Todos los días agradezco a Dios que me haya hecho regresar a la antigua Iglesia de mis antepasados. Todos los años que Dios me permita pasar en este mundo continuaré proclamando tanto a mis hermanos protestantes como a los católicos incipientes la gloriosa fe de nuestros padres.





¡Paz y bien hermanos!
Steve Wood

~AGRADECIMIENTO
Steve Wood. “Como hice para que los católicos abandonaran la Iglesia” St. Joseph’s Covenant Newsletter 4 N° 2 (marzo/abril de 1998).
Reimpreso con el permiso de St. Joseph’s Covenant Newsletter.
St. Joseph’s Covenant Keepers (SJCK) es una red internacional informal de hombres cristianos, bajo el patrocinio de San José, dedicada a fortalecer la familia.
~SOBRE EL AUTOR
Steve Wood es el fundador de St. Joseph’s Covenant Keepers (SJCK), un apostolado dinámico para hombres católicos y administra el sitio dads.org.
Copyright © 1998 St. Joseph’s Covenant Keepers.
~¿QUIÉN ES STEVE WOOD?
Ex-director de un Instituto Bíblico en la Florida, Ex-pastor evangélico de una Iglesia interdenominacional. Estuvo sirviendo también en Costa Mesa en la Iglesia evangélica “El Calvario” mientras hacía sus estudios en un Instituto de la iglesia Asambleas de Dios. Trabajó en proyectos de evangelismo juvenil; fue lider de ministerios evangélicos en la prisión; organizó un Instituto de estudios bíblicos para adultos. Después hizo estudios de post-grado en el famoso seminario evangélico de teología Gordon-Conwell en Massachusetts.
Entre otras cosas en su testimonio de conversión Steve dice: “Entre mas estudiaba los primeros siglos de cómo era la Iglesia primitiva mas me daba cuenta que se parecía a la Iglesia Católica. Estudie mas a los “primeros padres de la Iglesia” y escudriñe mas la Biblia. Mas confusión había en mi. Para empeorar la situación, me entere de que dos de mis compañeros más inteligentes y más anti-católicos del seminario evangélico también estaban pensando en hacerse católicos.
Un día cuando estaba predicando”, continua Steve diciendo, “yo sentí que el Señor me decía: “Ahora o nunca”. Si en medio de todos yo daba un paso de fe y reconocía la verdad yo iba a perderlo todo. Perdería mi trabajo como pastor, no podría sostener a mi familia, era mi carrera y era mi llamado. Yo había invertido 20 años preparándome para ser un ministro protestante y Dios me decía: ¡Hazlo, ahora!… y lo hice.”
“Pedí disculpas a mi congregación reunida. Los “ancianos” líderes me siguieron. Yo les dije que ya no podía seguir engañándome a mí mismo. Mi peregrinar hacia la Iglesia que Cristo fundó: La Católica, ya había iniciado. Luego: Ore mas, estudie mas, conocí la plenitud y llegué. La plenitud de una relación personal con Cristo está en tener una relación personal también con el cuerpo de Cristo: Su Iglesia (1 Cor 12) la Católica…”
Steve Wood