Los que deberían enseñarnos en muchos momentos nos confunden, nos encontramos en una verdadera crisis.
“Nunca como ahora hemos tenido tanta luz doctrinal y tanta claridad en la doctrina de la Iglesia y sin embargo nunca como ahora nos hemos enfrentado contra esta anarquía doctrinal, litúrgica y moral que estamos viviendo” antes la Iglesia se defendía de los ataques de afuera con la cantidad de santos, pensadores y doctores que tenemos, pero ahora la crisis viene de adentro.
Pablo VI lo decía “por alguna fisura el humo de Satanás ha entrado en el templo de Dios” (homilía del 29 de junio de 19721)
Después del CVII… el papa San Juan XXIII abrió las puertas de la Iglesia para que los que estaban afuera entraran y lo que sucedió fue que los de adentro se salieron. Coincidió con la posmodernidad donde en vez de adorar la razón se adora el sentimiento.
El signo claro de la posmodernidad es el relativismo. Estamos siendo golpeados por el relativismo en todos los órdenes: dogmático, moral...
Si no puedo conocer la verdad, si no puedo determinar si existe Dios o no, si existe una religión verdadera o no, si no hay verdades sólidas, el ser humano no sabe quién es, en qué creer, a que Dios hablarle.
Pasamos en un primer momento de una creencia absoluta, luego a un ateísmo y en este momento estamos en un estado intermedio donde las verdades se niegan solapadamente, y por esto en la iglesia comenzó a hablarse de derechas e izquierdas, y por ejemplo quienes siguen el marxismo y la teología de la liberación no son
considerados como en antaño unos herejes, sino que se habla de teólogos de izquierda, si tú dices que Jesucristo no es Dios, que simplemente era un revolucionario, si consideras que la fornicación, el adulterio, la masturbación, el homosexualismo no están mal simplemente lo consideras como cuestiones naturales que la antropología y la psicología moderna han ido descubriendo, no es como antes que se te consideraba un hereje y te salías de la Iglesia, sino que ahora se te considera un católico de izquierda; en cambio si tú crees en el catecismo, en el magisterio del papa eres un católico de derecha, un católico conservador mientras el otro es un católico liberal. En realidad no existen bandos en la Iglesia, existen católicos fieles o infieles, o crees en lo que dice la Iglesia o no eres católico, ¿por qué se quieren quedar en la Iglesia si no les gusta nada de lo que ella enseña? Porque desaparecen en el ámbito público, se pierden en el olvido, en cambio sí se oponen como Iglesia llaman mucho la atención de los medios como sucedió con Leonardo Boff, Gustavo Gutierrez Merino y Hans Küng.
considerados como en antaño unos herejes, sino que se habla de teólogos de izquierda, si tú dices que Jesucristo no es Dios, que simplemente era un revolucionario, si consideras que la fornicación, el adulterio, la masturbación, el homosexualismo no están mal simplemente lo consideras como cuestiones naturales que la antropología y la psicología moderna han ido descubriendo, no es como antes que se te consideraba un hereje y te salías de la Iglesia, sino que ahora se te considera un católico de izquierda; en cambio si tú crees en el catecismo, en el magisterio del papa eres un católico de derecha, un católico conservador mientras el otro es un católico liberal. En realidad no existen bandos en la Iglesia, existen católicos fieles o infieles, o crees en lo que dice la Iglesia o no eres católico, ¿por qué se quieren quedar en la Iglesia si no les gusta nada de lo que ella enseña? Porque desaparecen en el ámbito público, se pierden en el olvido, en cambio sí se oponen como Iglesia llaman mucho la atención de los medios como sucedió con Leonardo Boff, Gustavo Gutierrez Merino y Hans Küng.
Todo nace a raíz de lo que se conoció como el disenso (explicado en 1990 por la Donum Veritatis de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el numeral 32ss) que se dio desde la publicación de la Humanae Vitae de Pablo VI el 25 julio de 1968, este es la actitud pública de oposición al Magisterio de la Iglesia. El problema fue que por primera vez en la historia el disenso fue tolerado.
Cristología: Comenzó a separarse el Jesús histórico del Jesús de la Fe. Ej: la tempestad calmada, la resurrección de Lázaro, la multiplicación de los panes, la resurrección de Jesús. Jesús es un personaje tan sumamente maquillado y adornado que nadie tiene acceso real a Jesús, nadie sabe quién es Jesús en realidad.
A todo esto, el Señor suscitó un hombre que ha escrito de todo, que le ha hecho frente a todo sin miedo por su seguridad a que la verdad objetiva existe y que el hombre puede descubrir la verdad a pesar de su entendimiento ofuscado por el pecado. Nosotros no desprestigiamos la razón, de hecho predicamos que es un medio dado por Dios para encontrarle y conocerle.
Bíblica: Los evangelios no los escribieron personas sino comunidades. Ej.: comunidad mateana, joanica, etc. La interpretación ya no corresponde al magisterio sino a los exégetas. Por eso, Benedicto XVI en la exhortación Verbum Domini advierte sobre la “hermenéutica secularizada” que enseña que Dios no aparece en la historia de la humanidad, sino que cuando parece que aparece un elemento divino hay que explicarlo y reducirlo al elemento humano, se niega la historicidad de los elementos divinos. No puede haber dualismo entre exégesis y teología (n. 35). El papa enseña también que los mejores intérpretes son los santos.
Mariología: Hoy día se niegan disimuladamente todos los dogmas marianos. Ej.: la virginidad de María es en su alma (Catecismo 496-501; Lc 1, 37), subió a los cielos no como un cohete sino que significa que fue una mujer tan buena que ya está participando de Dios; Madre de Dios porque Jesús fue un hombre que descubrió el Dios en su interior y es en este sentido donde María es madre de Dios.
La Iglesia tiene un aproximado de 70 millones de mártires, el 60% de esos se dieron en el siglo pasado, basta ver la guerra de los cristeros en 1926, la guerra civil española 1936… pero el demonio sabe que eso no le hace daño a la Iglesia porque como dice San Irineo “la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”, por lo que él sabe que nos puede dar muy duro no con la persecución cruenta y sangrienta, sino con la persecución doctrinal.
La Iglesia ha podido resistir incluso papas con una vida moral muy reprochable moralmente.
Moral: Relativismo moral, no existe ley moral natural, no existen principios universales, depende de los constructos culturales. Ej: aborto, homosexualidad, en general toda la ideología de género con todo el relativismo en cuanto a la identidad afectivo-sexual, no se nace sino se hace. Benedicto XVI enseñaba que “con el materialismo el hombre negó su trascendencia, su alma inmortal. Luego, con el ateísmo, el hombre niega a Dios, a un ser superior que está fuera de sí; con la ideología de género -ya el hombre negó su espíritu, su Dios-, niega su cuerpo mismo, su naturaleza. Sin espíritu, sin Dios, sin cuerpo, el hombre se convierte en una voluntad que se autodetermina”.
Si no existe ley moral, si no existe verdad absoluta, quedamos al amaño de los estados. El relativismo es una dictadura, que aunque pretende que todos seamos tolerantes se convierte en una ley que se impone. Ej: en España encarcelan a mujer que reparte panfletos pro-vida fuera de una clínica abortiva, Monseñor Juan Vicente se opuso al mal llamado “matrimonio” homoxsexual y lo han demandado, en Massachusetts, EEUU una pareja sacó a sus hijos de la escuela porque les dieron panfletos que decían que es lo mismo ser hombre o mujer y la UNICEF le quitó a sus hijos por crear una mentalidad “homófoba” en sus hijos y fueron demandados, gracias a Dios ganaron la demanda.
La moral también enseña ahora una teoría llamada la “opción fundamental” que consiste en que basta que el hombre ame a Jesús y haga una opción fundamental por él sin importar sus actos concretos así sean pecaminosos (Jn 15, 14. 21.23.25), mientras no se peque con intención de ofender a Dios, pero es como un hombre que se va con una mujerzuela argumentando que se va con ella sin intención de ofender a su esposa.
Pastoral: La predicación debe consistir en aprender de las culturas, no en imponer una creencia, no predicar a Cristo porque implicaría violentar a los demás, se está dando un secularismo mal entendido. No se entiende el tesoro que tenemos en nuestras manos, el valor de dar a Cristo, es cierto que antiguamente no se utilizaron los mejores métodos de evangelización porque se creía que evangelizar era lo mismo que occidentalizar, pero no por eso hoy se debe abandonar la enseñanza de Cristo, Cristo sigue siendo el único a través del cual somos salvos.
3. Papel de los laicos
Mt 20, 4: “Id también vosotros a mi viña”
Los laicos deben tener conciencia cada vez más clara de no solo pertenecer a la Iglesia sino de ser Iglesia
El mundo se convierte en el ámbito y el medio de la vocación cristiana de los fieles laicos No han sido llamados a abandonar el lugar que ocupan en el mundo, son llamados por Dios para contribuir desde a dentro a modo de fermento a la santificación del mundo mediante el ejercicio de sus propias tareas y así manifiesten a Cristo ante los demás con el testimonio de vida y con el fulgor de su fe, esperanza y caridad.
El fiel laico no puede jamás cerrarse sobre si mismo, aislándose espiritualmente de la comunidad, sino que debe vivir en un continuo intercambio con los demás con un vivo sentido de fraternidad, en el gozo de una igual dignidad y en el empeño por hacer fructificar, junto con los demás, el inmenso tesoro recibido en herencia.
La Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi recuerda a los laicos que “el campo propio de su actividad evangelizadora es el dilatado y complejo mundo de la política, de la realidad social, de la economía; así como también de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los órganos de comunicación social; y también de otras realidades particularmente abiertas a la evangelización, como el amor, la familia, la educación de los niños y de los adolescentes, el trabajo profesional, el sufrimiento. Cuantos más laicos haya compenetrados con el espíritu evangélico, responsables de estas realidades y explícitamente comprometidos en ellas, competentes en su promoción y conscientes de tener que desarrollar toda su capacidad cristiana, a menudo ocultada y sofocada, tanto más se encontrarán estas realidades al servicio del Reino de Dios” (n. 70).
Nuevas situaciones tanto eclesiales como sociales, económicas, políticas y culturales reclaman hoy con fuerza muy particular la acción de los fieles laicos.
Si el no comprometerse ha sido siempre algo inaceptable, el tiempo presente lo hace aún más culpable.
A nadie le es lícito permanecer ocioso.
Queremos escuchar tus comentarios, te invitamos a postear tu opinión acerca de este tema, con respeto y caridad. Todo para la gloria de Dios
Es verdad, el otro día me fui a confesar y el sacerdote me dijo que no era pecado algo que sé que sí, que esta en el catecismo, cada día estamos más laxos
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